Capítulo IV: El regreso de los Darks

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En una habitación oscura y silenciosa, el joven Jacob caminaba descalzo sobre el suelo de madera, traía puesto un traje parecido al de los karatecas, este era negro con bordes grises, su postura era baja y con la guardia en alto.

Mientras caminaba estaba atento y mirando a todos lados. Y aunque todo estaba oscuro, sabía que alguien estaba observando cada paso que daba.

Su respiración era lenta, su mirada profunda y determinada trataba de ver a quien lo estaba vigilando, aunque no lo hallaba en la oscuridad.

Dió un paso y su pie quedó a centímetros de una cuerda que se encontraba en el suelo elevada levemente del mismo, bajo la mirada para verla y escuchó un “clack” y se inclinó hacia atrás mientras que una flecha pasaba por el frente de su rostro acompañado de un silbido que se generaba al cortar el aire. Está flecha impactó contra la pared quedándose encajada en esta, luego se escuchó nuevamente este “clack” cinco veces seguidas. Por los aires volaron hacia Jacob cinco flechas, las cuales esquivo dando un salto con giro lateral, las flechas pasaron por debajo de él.

Aterrizó, pero piso la cuerda, al darse cuenta de esto empezó a correr hacia su izquierda ya que una lluvia de flechas empezó a perseguirlo, puso su pie en la pared, se impulso con otro paso y logró esquivar todas las flechas aterrizando con una postura baja, vio una tabla de madera y la tomó, se escuchó nuevamente ese “clack” varias veces y hacia él se dirigían varias flechas de distintas direcciones. Uso la tabla para evitar que esta impactara en alguna parte de su cuerpo.

Una vez que cesaron empezaron a caer sacos desde el techo, Jacob empezó a detenerlos con sus antebrazos, para que luego otro montón de flechas se dirigieran hacia él, las esquivó rodando hacia la pared, se levantó y tomó un arco de madera que estaba ahí corrió hasta la mitad de la habitación t logró ver el mecanismo que controlaba los disparos de las flechas, pero antes de acercarse un paso más este mismo mecanismo disparo una flecha directamente a su rostro, pero Jacob se dio la vuelta y como su alguien hubiera puesto todo en cámara lenta, Jacob estiró su mano derecha con delicadeza en el mastil de la flecha, empezó a darle vueltas en su mano mientras que él terminaba de girar para quedar de frente al mecanismo que lanzó otra flecha. Jacob se preparó para disparar la flecha y lo hizo, la flecha que disparó atravesó la otra que fue lanzada en su contra para luego impactar en el mecanismo y dañarlo por completo.

Luego de eso, las luces del lugar se encienden, todas las paredes están “decoradas” con muchas flechas encajadas en la madera… sacos que cuelgan del techo, cuerdas en el suelo como trampas y demás.

Jacob respira profundamente mientras escucha unos pasos detrás de él.

—Buen trabajo —decía una voz familiar.

Jacob se dió la vuelta, era su abuelo quien le hablaba con una sonrisa en su rostro, vestía un traje negro completamente parecido al de Jacob.

—Gracias, abuelo —dice con respiración algo más acelerada.

—¿Cansado?

—Como no tienes ni idea —pone su mano derecha en su nuca y camina hacia la pared donde estaba el arco antes de tomarlo—. No tenía idea de que usarías flechas reales, ¿querías matarme?

—Claro que no. Solo quería saber si estabas listo para lo que viene.

—¿Exactamente qué es lo que viene? —preguntó caminando hacia su abuelo.

—Pues... Has estado entrenando duro estos últimos siete años, has llegado a un nivel al que ni siquiera tu padre pudo llegar sino hasta que tuvo veinticinco. Y aún tenía algunas fallas en su técnica.

—¿En serio? Entonces estoy adelantado.

—Y mucho para tener diesiete.

—No es por corregirte, pero tengo diesiseis.

JacobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora