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Después del disturbio que tuvo lugar durante las vacaciones, los padres de Bradley decidieron imponer nuevas restricciones. Le dijeron que no podría escuchar más música, una decisión que afectó especialmente su afición por Powerline. Sin embargo, le ofrecieron una alternativa: podía unirse al deporte que quisiera en su preparatoria. La única condición era que debía ser el mejor y el primero en ese deporte. Nada menos que la excelencia sería aceptable para los Uppercrust.

Le dieron hasta el inicio de clases para pensarlo. Bradley no estaba del todo convencido. A pesar de la presión para sobresalir en cualquier actividad, lo que realmente deseaba era seguir escuchando su música favorita. Además, no sabía a qué club de deporte unirse. Fútbol, natación, atletismo... Todas las opciones le parecían agotadoras y, sinceramente, poco interesantes.

Sus padres, siempre vigilantes de cada uno de sus movimientos, esperaban que él tomara la decisión correcta y mantuviera la imagen de perfección de la familia. Con la presión de ser el mejor en cualquier deporte que eligiera, Bradley se sentía atrapado. Tenía todo un día para pensarlo, pero la elección no era sencilla.

Mientras consideraba sus opciones, Bradley no podía dejar de pensar en su música. Anhelaba encontrar una manera de combinar su deseo de libertad con las expectativas de sus padres. La misión parecía casi imposible, pero sabía que debía encontrar una solución. Al final del día, la perfección era la única opción para un Uppercrust.

Esa misma noche, la familia de Bradley tenía una cena con empresarios del mismo ámbito que sus padres. Como era una cena familiar, Bradley se vio obligado a asistir.

Durante la fiesta, Bradley estaba realmente aburrido. Todo era elegante, con música aburrida y trajes y vestidos que, aunque eran elegantes, carecían de estilo. La comida era minimalista y sosa, ante los ojos de Bradley, no era del todo apetitosa.

Pasó gran parte de la velada saludando con una falsa sonrisa a todos los amigos de sus padres. Para dejar pasar el aburrimiento, se dirigió a la barra y pidió un vaso de agua mineral. Decidió salir a uno de los balcones, que ofrecía una vista increíble. Mientras contemplaba el paisaje y sentía el viento pasar sobre su cabello, se dejó llevar por sus pensamientos.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se percató de la presencia de alguien más en el balcón.

Cuando Bradley finalmente se dio cuenta de la presencia de otro chico en el balcón, no pudo evitar sobresaltarse. El otro chico le devolvió la mirada, confundido por su reacción. Con una sonrisa despreocupada, el chico se acercó a Bradley y comenzó a entablar una conversación.

-Hola, no te había visto antes. ¿Eres parte de la familia anfitriona?

Bradley, aún molesto por haber sido sacado de sus pensamientos, respondió con desinterés.

-Sí, algo así.

El chico no se dejó desanimar por la respuesta borde de Bradley y continuó hablando.

-No soy muy fan de estas reuniones, pero mis padres insistieron en que viniera. ¿Y tú? ¿Te gustan estas fiestas?

Bradley suspiró, mirando nuevamente hacia el paisaje.

-La verdad, no. Solo estoy aquí porque no tenía otra opción.

El pelirrojo sonrió comprensivamente.

-Entiendo, a veces es difícil encontrar un escape en medio de todo esto. Pero este lugar tiene una vista increíble, ¿verdad?

Bradley asintió, pero no dijo nada. No estaba interesado en hablar con él ni con nadie en ese momento. Prefería su soledad y sus pensamientos a una conversación forzada con un desconocido.

between us   - maxleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora