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- ¡No puedo creer que Powerline venga a nuestra ciudad! - voz desconocida.

- Sí, va a ser increíble. He estado ahorrando para las entradas desde que lo anunciaron- agregó otra voz.

Bradley, sentado solo en una mesa cercana, no pudo evitar escuchar su conversación.

Sintió como un pequeño escalofrío recorrió todo su cuerpo, él era un gran fan de Powerline.

Bradley, un chico de segundo año de preparatoria, vivía en una opulenta mansión rodeado de lujos, pero también de reglas estrictas impuestas por su familia conservadora y adinerada. A pesar de todo lo material, anhelaba la libertad de ser él mismo, especialmente cuando se trataba de su pasión secreta por la música de Powerline.

Una noche, mientras cenaba en la fastuosa mesa familiar, una noticia inesperada interrumpió la monotonía:

Televisión de fondo

"¡Buenas noches a todos! Les traemos una noticia que tiene emocionados a todos los amantes de la música. ¡Powerline, el icónico solista popstar, visitará nuestra ciudad el próximo mes!"

"¡Exactamente! Después de una espera interminable, los fanáticos de Powerline finalmente tendrán la oportunidad de verlo en vivo. Este concierto...

Bradley sintió una oleada de emoción y anticipación, con ello llegó la duda y la desesperanza, sabía que sus padres nunca le permitirían asistir a un evento tan "insignificante", según sus estándares.

Determinado a no dejar pasar esta oportunidad única, Bradley comenzó a trazar un plan meticuloso, sabía que necesitaba dinero y por supuesto un plan a prueba de errores para escaparse de casa sin levantar sospechas. Decidió empezar a ahorrar cada centavo de su asignación semanal y buscar trabajos de medio tiempo para aumentar sus ahorros, aunque esto último era más complicado porque era constantemente vigilado y cuidado por personas encargadas de él.

Mientras tanto, ideó un plan de escape detallado, estudiando los horarios de sus padres, las rutinas de seguridad de la mansión y las posibles rutas para llegar al concierto sin ser detectado. Cada noche, después de que todos en la casa estuvieran dormidos, Bradley practicaba el plan mentalmente, perfeccionándolo cada vez más.

Finalmente, el día del concierto había llegado. Con el dinero que había ahorrado y el plan en su lugar, Bradley esperaba con ansias el momento de poner su audaz plan en marcha. Fingió dormirse temprano, mientras tanto esperó pacientemente en su habitación hasta que la casa estuviera en silencio y todos estuvieran dormidos.

Con el corazón latiendo a mil, se deslizó sigilosamente fuera de su habitación y se dirigió hacia la salida de emergencia que había identificado como su escape. Cada paso era un desafío, pero su determinación de alcanzar su sueño lo impulsaba hacia adelante.

Todo el plan de escape había sido un éxito, el pequeño detalle que había olvidado era el plan de cómo iría al concierto, su plan después de todo no fue tan perfecto. Bradley estaba acostumbrado a ser cuidado, siendo llevado a todos los lugares que quería sin siquiera caminar por lo cual se encontró con dificultades para poder moverse por la ciudad que en esos instantes parecía desconocida, sin embargo, eso no arruinaría su objetivo.

En su aventura por la ciudad mientras caminaba, se topó con una tienda de televisores donde transmitían la emoción de los fanáticos esperando en la entrada del concierto. Fascinado por la euforia de los fans, se detuvo a ver, su distracción provocó que accidentalmente chocara con alguien, un chico probablemente de su edad, con un estilo rebelde y raro ante los ojos de Bradley. El chico reaccionó con agresividad desafiando a Bradley.

- ¡Fíjate por dónde vas, idiota! -

- Lo siento, fue un accidente -

- ¡Tienes que prestar más atención, cejón! -

Bradley decidido a no dejarse intimidar, se defendió.

- Oye, ¿qué te pasa? No tienes por qué ser tan agresivo -

- ¿Qué te importa? ¿Acaso quieres pelear? -

- Tal vez, no lo sé, ¿por qué mejor no te relajas? -

- ¿Relajarme? ¿Y quién te crees tú para decirme qué hacer? -

-TENEMOS QUE IRNOS YA-

La discusión fue interrumpida por una figura al parecer cercana a aquel chico, indicándole que era tiempo de irse. El chico miró a Bradley con desdén y se marchó junto a la otra persona.

A pesar del encuentro desagradable, Bradley continuó su camino hacia el concierto, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo por lo que le esperaba.

between us   - maxleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora