Capitulo 7

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Capitulo 7

Milena era consiente de los sentimientos que comenzaban a florecer por Laín, pero la culpa y el remordimiento empezaban a instalarse en su ser. Como podía empezar a querer a otra persona que no fuera Finees, siendo que juro que el era el amor de su vida.

Aunque a menudo se preguntaba en las noches sobre los comportamientos de Finees. Llego a entender que nunca cambiaría y que lo único que quería lo había conseguido aquel día en la cabaña.

Notando las múltiples diferencias entre Laín y Finees eran abismales.

Las constantes muestras de afecto de Laín barraban las imágenes de Finees, y habían establecido una rutina agradable para ambos. Ir a buscarla en su casa y llevarla a su trabajo, algunas veces llevándole comida o satisfaciendo sus antojos, la dejaba en su hogar y convivía con su familia. La mayor parte de su tiempo se lo dedicaba a estar con ella.

El único inconveniente es que no sabía que ella estaba embarazada.

Aquel sentimiento la hacia sentir tan culpable, al saber que de alguna forma al saberlo lo perdería. Y aunque fuera un momento más quería disfrutar de su compañía ya que era momento de que se enterara de lo que pasaba en su vientre.

—Milena. ¿Qué tienes?— la curiosidad sobre lo que estaba pasando lo abrumaba ante su silencio y aquella cara que hacia cuando le preocupaba.— ¿O me vas a decir que no me tienes confianza? — y la beso.

—Espera Laín, no me siento cómoda. —

—¿No te gustan mis besos? —

—No, bueno si, pero tengo que ser sincera contigo, antes de seguir adelante. —la cara de tristeza decía mucho de Milena.—No es facil para mi.—

—Yo no encuentro nada malo. Lo se casi todo de ti, pero tus ojos arándano, se muestran tristes y preocupados. Dime ¿que pasa? —

—No creo que esto lo sepas.—y dando un fuerte suspiro, cerro lo ojos. — estoy embarazada. —

—Lo intuía. —

—¿Como?— Contesto. Algo sorprendida por su respuesta sin dejar de verlo.

—No es tan difícil. —Observando aquellos labios que se abrían para respirar. Dejo caer la mirada, deteniéndose unos segundos de mas en los pechos más voluptuoso y caderas anchas. Por un instante, se imaginación sentir uno de sus pezones en su boca.

—Explicate.—

—Yo también quiero ser sincero contigo, ya que tu lo estas haciendo conmigo. — Tras una explicación, bastante amplia de su linaje solo lo miro, sin saber que pensar. Y es que, muchas generaciones atrás, cada miembro pasaba a la siguiente generación la habilidad de ver el pasado de las personas. Aunque las mujeres tenían un dominio mas fuerte del don, los hombres a menudo lo veían como una desventaja, pues un simple apretón de manos era suficiente para saber que había en las personas.

Es por eso que evitaba tocar a la gente. Salvo ese día, ella detrás del estante, con sus ojos de arándano brillantes, lo llevo a extender su mano, para conocerla.

— ¿Entonces sabes lo que han pasado las personas? —

—Algo parecido. Solo podemos recorrer hasta un año si la persona esta receptiva; para ver mas allá de ese tiempo, necesitamos un permiso. —

—¿Eres un vidente?—

—No.— sonrió ante la idea. —¿Te doy miedo?—

—No, solo un poco de curiosidad. —

Ojos ArándonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora