Capítulo 2 |Suceso|

398 29 5
                                    

En ese momento, Riley solo supo que algún día, mes o año, volvería a encontrarse con la niña en cualquier parte. Solo esperaba eso, nada más.
Al llegar a casa, Jill notó que su hija no estaba bien, se notaba triste y afectada por algo que le sucedió. Riley no dijo nada y se fue a su habitación. Bill también se había dado cuenta de lo que sucedía con su hija e iba a tratar de hablar con ella.

¿Por qué mejor no vas tú, querida?— preguntó el esposo con aflicción en su voz, mientras tragaba saliva.

¿Te molesta?, tengo otras cosas que hacer pero después me dices lo que le pasa, es mi hija y también me preocupa— aclaró Jill para irse a su habitación.

Bill no dijo nada y se dirigió a la habitación de Riley, al entrar la encontró escondida debajo de sus sábanas. —Hola mi vida, desde que llegamos estás así... ¿Es por el parque?— Riley no respondió pero si asomó su cabeza entre las sábanas. —No, no fue eso, lo que pasa es que conocí a una niña en el parque entonces...— después de lo que le había dicho no sabía cómo explicarle lo que había sucedido pero continuó mientras pensaba bien las palabras. —¿Entonces....?— preguntó el padre notando el suspenso que dejó Riley —Fue extraño, al parecer es tímida y no me dijo nada cuando le pregunté si quería ser mi amiga, ¿¡Pero  sabes que fue lo peor!?— exclamó con alteración e ironía mientras continuaba.

Fue una sensación extraña al conocerla, no sé cómo me siento...— dijo pese a que bajaba su tono de voz a una más triste. —Riley, hija... Quizás no sabías iniciar una conversación con ella por que también estabas triste— habló Bill con una tranquilizante mientras abrazaba a su hija —Mejor come algo y después descansa, mañana iremos al mercado a comprar y hacer algunas actividades. Será un día largo.—

Esta bien— Después Bill se fue del cuarto y Riley se cambió de ropa a una pijama cómoda, luego bajó y merendó. Al terminar subió a cepillarse los dientes y fue a dormir, pero al parecer fue difícil. —¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella?— dijo ella misma un tanto incómoda. —Okey... Trata de pensar en otra cosa— y con eso cerró los ojos y durmió.

Al día siguiente, Riley se despertó emocionada por comenzar un nuevo día y tratar de que todo salga bien en los siguientes proximos días, semanas y meses. Pero olvidando aquel día.

Unos meses pasaron y el 22 de enero es su cumpleaños y su emoción y temor estaban en ella. Tenía miedo de que algo saldría mal ya que iba a preparar una fiesta junto con sus mejores amigas.
Un día antes del cumpleaños, ella y su madre fueron a una tienda a comprar bocadillos, pastel y decoraciones. En un momento Riley se separó de su madre ya que había visto unos bombones que le llamaron la atención. Mientras observaba y elegía se topó con la niña del parque, quién también estaba viendo los bombones. Riley se quedó atónita después de verla meses después. Pero en vez de reaccionar con confusión reaccionó diferente, algo de enojo llegó en ella. —Tú... ¿¡Qué haces aquí!?— dijo Riley en voz alta mientras la empujó suavemente, dejando a la niña desconcertada pero ella siguió preguntando aturdida y con alteración y enojo en su tono de voz. Pero no se habían dado cuenta que la mamá de la niña había llegado interrumpido a Riley con un grito. La niña se puso atrás de su madre mientras reclamaba a Riley porque le gritaba a su hija; en eso Jill llegó y encontró la escena, ella defendió también a su hija y las dos madres comenzaron a pelearse.

Eres rara, ojalá nunca vuelvas a verme, ni yo a ti. Me tienes confundida con tu actitud de niña extraña— susurró Riley mientras hechaba una mirada ética hacía ella, haciendo que la niña reaccione de manera triste. En eso Jill, terminó la discusión que tenían entre las dos y cogió la mano de su hija para llevársela, la misma acción lo hizo la madre de la niña, llevándosela a otro lugar.

The A-T-T-E-N-T-I-O-N I Need - Riley AndersenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora