7. Había una vez un sueño

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Canción — Illicit Affairs by Taylor Swift





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1 año y medio después

La noche había caído, envolviendo el castillo en una oscuridad silenciosa. Aegon y Gaemon dormían en sus camas, ajenos a la tormenta que se avecinaba. Estaba en la habitación, organizando los juguetes de los niños. Cuando regresé a mi alcoba y había terminado de prepararme para dormir escuché el sonido de la puerta abriéndose de golpe.

Herrath entró, con el rostro oscuro y los ojos llenos de una furia que ya conocía demasiado bien y cada vez era más constante.

—¿Dónde estabas? —pregunté, intentando mantener mi voz firme.

Él me miró con una sonrisa cínica. —¿De verdad te importa, Aelora? Siempre estás ocupada con tus propios asuntos.

Sentí que la ira comenzaba a hervir dentro de mí. —Me importa porque cada vez pasas menos tiempo con tus hijos. Ellos necesitan a su padre, Herrath.

Él se acercó, su figura imponente bloqueando la luz de las velas. —No es mi culpa si prefieres pasar tiempo con tus dragones y tus quejas en lugar de ser una esposa adecuada.

—¿Una esposa adecuada? —repliqué, mi voz temblando de indignación—. He sacrificado todo por esta familia. He dejado todo atrás para seguirte al Norte, para cuidar de ti y de nuestros hijos. ¿Y tú qué haces? ¡Engendras bastardos y nos abandonas!

La bofetada llegó tan rápido que apenas tuve tiempo de reaccionar. El dolor se extendió por mi mejilla, pero no dejé que las lágrimas brotaran. No le daría esa satisfacción.

—No me hables así —gruñó, su voz llena de veneno—. Todo esto es culpa tuya. Si fueras una mejor esposa, no tendría que buscar consuelo en otros lugares.

La ira y la frustración me dieron fuerzas. —¡No es mi culpa que seas un cobarde y un mentiroso! Yo he hecho todo lo posible para mantener a esta familia unida, y tú solo sabes destruirla.

Otro golpe, más fuerte esta vez. Caí al suelo, el dolor recorriendo mi cuerpo. Intenté levantarme, pero él me agarró por el brazo, levantándome bruscamente.

—¡No hables de cosas que no entiendes! —gritó, sus ojos desbordando furia—. Eres mía, Aelora. Y harás lo que yo diga.

Intenté zafarme de su agarre, mi corazón latiendo con fuerza. —No soy tuya, Herrath. Soy una Targaryen, y no dejaré que me trates como a una esclava.

The Forgotten Targaryen // Jacaerys & Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora