20. Jugar con Fuego

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Canción — Poison by Rita Ora, Krept

Canción — Poison by Rita Ora, Krept

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Mientras los primeros rayos del amanecer comenzaban a iluminar el cielo de Dragonstone, me encontraba en mis aposentos, preparándome para lo que sería un viaje que podría cambiar el curso de nuestras vidas. Habíamos pasado semanas preparándonos, afinando detalles y estrategias, pero nada podía prepararme para el torbellino de emociones que se arremolinaban en mi pecho.

Ajusté la armadura ligera sobre mi vestido, asegurándome de que todo estuviera en su lugar. Mis manos se movían con la precisión adquirida por años de entrenamiento, pero no podía ignorar el ligero temblor que las acompañaba. Hoy era el día en que regresaríamos a Kingslanding, la ciudad que había sido mi primer hogar y que ahora sentía más ajena que nunca.

Justo cuando terminé de ajustar las correas de mis botas, la puerta se abrió lentamente, revelando la figura de Daemon. Sus ojos me observaron con detenimiento, como si pudiera leer cada uno de mis pensamientos solo con mirarme.

—¿Estás bien, Elle? — preguntó con una suavidad que no solía mostrar, acercándose a mí con pasos medidos.

Forcé una sonrisa, una que no llegaba a mis ojos, pero que esperaba que fuera lo suficientemente convincente —. Estoy bien, Daemon. Sólo... preparándome.

Daemon se quedó en silencio por un momento, sus ojos oscuros buscando los míos como si pudiera desentrañar los secretos que guardaba. Finalmente, asintió, aunque pude notar la ligera inclinación de su ceja, como si no estuviera del todo convencido.

Sabía que quería decir más, pero también sabía que respetaría mi deseo de mantener mis pensamientos para mí misma, al menos por ahora. Asentí una vez más, y él simplemente colocó una mano en mi hombro, transmitiendo más con ese simple gesto que con mil palabras. No necesitábamos hablar para entendernos. Él sabía que la tarea que tenía delante era difícil, y que la carga que llevaba en mi corazón era pesada.

Pero lo que no podía decirle, lo que no podía ni siquiera admitir en voz alta, era la verdadera razón de mis nervios. No era sólo el viaje, ni siquiera la incertidumbre sobre lo que nos esperaba en Kingslanding. Era la posibilidad de ver a Aemond. Aemond, con su mirada impenetrable y su presencia que siempre lograba desestabilizarme. Después de todo lo que había sucedido entre nosotros, ¿cómo podría enfrentarme a él?

Sacudí la cabeza, tratando de despejar mis pensamientos. No podía permitirme debilidades, no ahora.

Daemon me dio un último apretón en el hombro antes de retirarse, dejándome sola una vez más. Tomé una respiración profunda y me dirigí hacia las puertas que daban al exterior. Al salir, el aire fresco de la mañana me golpeó, ayudándome a centrarme en la tarea que tenía por delante.

No mucho tiempo después, estaba montada en Daerador —. īlon're arlī naejot Kingslanding, raqiros. (Volvemos a Kingslanding amigo) —. Sus poderosos músculos se tensaron bajo mi mando, y con un rugido que resonó en toda la isla, nos elevamos en el aire, dejando Dragonstone detrás.

The Forgotten Targaryen // Jacaerys & Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora