Carlos es el jefe de la mafia italiana que está en Brasil solucionando unos asuntos, y Charles solo es un desafortunado chico en una desafortunada situación.
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Dónde un inocente Charles se convierte en el todo de un despiadado Carlos.
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En cuanto Oscar decidió dejar el puesto, Micky decidió hacerlo también, conocía como funcionaba el lugar, y el no sería parte de esa corrupción.
Por lo cual busco trabajo en otros lugares, pero era difícil teniendo en cuenta que no termino nunca una carrera.
Justo el día que estaba por rendirse le llegó información de un puesto de trabajo a su correo electrónico. El sinceramente no lo esperaba ya que al trabajo que postulo era lo suficientemente importante para pedirle más de lo que el podía ofrecer. Aún así decidió presentarse a la entrevista.
Jamás espero que le dieran el trabajo.
Jamás imaginó que sería asistente personal de alguien.
Jamás espero que su jefe sea ese hombre que lo mirara raro.
Comenzó de manera normal, el haciendo cosas de asistente personal, cuidando su agenda, ayudándolo con papeleos, acompañándole a algunos de sus viajes y todo eso.
- ¿No te parece mejor vivir conmigo?- Lo cuestionó Liam un día que fue por el hasta su casa, que quedaba muy lejos de la empresa.
- ¿Le molesta venir?- Pregunto el chico muy apenado.- Puedo usar el transporte público.- Sugirió en voz baja.
- No, no es eso, príncipe.- No sabía que tan normal era que tú jefe te dijera "príncipe" pero el no lo cuestionaria.- Pero es para que no te despiertes tan temprano, y es menos tedioso el viaje de mi departamento a la empresa.
- ¿A usted no le molestaría?- Preguntó Mick, después de todo apenas lleva tres semanas trabajando para Liam.
- No, para nada. Además en próximos días viajaremos más a Italia, por lo cual te necesito en casa para salidas de emergencia.- Le contesto el señor para después tomar su mano y dejar un suave beso sobre ella. Si Mick se sonrojaba más, podría ser un tomate.
