ʟᴏꜱ ᴄᴜᴇʀᴠᴏꜱ ᴇᴠᴏʟᴜᴄɪᴏɴᴀɴᴅᴏ (11)

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— Para no ser la capitán tratas de controlar todo en tú equipo. —comenzó la conversación el capitán del Nekoma.

— La estabilidad del equipo es lo más importante, para todos, seas o no el capitán. —respondí y Kuroo sonrió.

— En eso estamos de acuerdo. —me aseguro.

— ¿Y?, entonces, ¿Tú de qué quieres hablar conmigo? —pregunte con cierto cuidado.

— Lo siguiente que voy a decir lo diré desde el respeto. —me aclaro Kuroo y yo me puse alerta. — Sencillamente soy un gato muy curioso por entender tú equipo, y no me han bastado los partidos que hemos jugado para entender.

— No veo lo irrespetuoso en tus palabras. —admití con una sonrisa divertida.

— Masami, ¿Por qué juegas al voleibol? —eso no era una pregunta de dónde sacar debilidades de mi equipo.

— Estar en la cancha me despeja más que cualquier otra cosa, por eso me gusta jugar al voleibol, porque puedo estar en mis cinco sentidos sin estar en mis cinco sentidos. —conteste sin dudar. — Eso de igual forma, no va a ayudarte a decifrar algo del...

— No quiero eso, o no ahora. —me interrumpió. — Sinceramente, si quisiera buscarte una debilidad te encargaría a Kenma, y estarías destrozada en el partido de práctica.

— ¿Agradezco? —la pregunta tenía su toque de sarcasmo.

— Para nada. —me dijo con una sonrisa algo nerviosa, torpe. — Solo te digo que si una vez como libero te logramos bloquear, no dudo que podamos con esta nueva tú.

Que es temporal, me dije a mi misma.

Abandone aquel recuerdo de Kuroo cuando escuche la voz de Toru. Volví a la realidad sintiendo la calidez de su cuerpo.

— Toru. —dije en un tono tan bajo, que casi pudo ser un susurro, aunque no había necesidad de hablar así, después de todo estábamos solos en su casa.

— Me encanta como se escucha mi nombre en tú voz... —fue su respuesta y yo me sonroje.

— Toru, quiero hablar contigo.

— Lo estamos haciendo, Masami. —me dijo.

— Oikawa, quiero saber si lo que está pasando entre nosotros es... —me aleje de su pecho. — Algo para pasar el rato o...

— ¿Crees que te traería a mi casa, si se tratará de eso? —pregunto antes de abrazarme de nuevo.

— Oikawa, no tengo idea, no te conozco más allá de...

— No, no te traería a casa y mucho menos dejaría que te acercaras a mi sobrino. —me dijo serio.

Guardé silencio.

— Sé que... Tenemos nuestras diferencias. —Oikawa me acarició la mejilla.

— Oikawa...

— Escucha. —Toru hizo una pausa. — Yo- siento que tú me gustas.

Sus palabras casi me dejan sin aliento.

— Me llamaste la atención desde el momento que mi saque no te rompió. —me confesó y yo sentí mis mejillas arder. — Desde que me mandaste a la mierda, cuando tratabas de encontrar el gimnasio...

— Oikawa, no me interesa que me endulces el oído si después me vas a dejar cómo al resto de...

— No eres el resto de chicas. —me aclaro. — ¿Quieres que las bloquee?, lo haré sin problema, ¿Quieres que te dedique saques?, lo haré... —sus mejillas ardían en un rojo fuego. — ¿Quieres que te amé?, ¿Qué no contenga mis ansias por besarte?, lo haré... Solo dilo.

Ella ―HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora