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XIX,,Finan




No debiste mencionar aquellos insultos, debiste ignorarlo— La charla entre Daemon y su sobrino Aemond realmente es desconocida para Visenya quien llegó al aposento de su hermano hora más tarde, oculta entre las sombras del castillo se movió por los pasadizos hasta poder llegar a el .
El príncipe retenía una copa en la mano repleta de vino y en su rostro persistía una expresión despiadada con el ojo exaltado en irá, la mandíbula tensas y las venas a nada de explotar.

Y callar?, Visenya tu no sabes nada, NADA!— el pequeño sobresalto no le causó gracia a la princesa, pero estaba claro que no algo molestaba al menor y no era algo de menor importancia pues así lo tenía tan cabreado que estaba a punto de romper todo y soltar alguna lágrima.

No, no lo sé, ayudaría si lo supiera pero no es así y mi palabra fue clara... Soy capaz de asesinar por mi hermana lo sabes bien— el joven muchacho bajo el rostro y dejando su copa de lado, cualquier signo de resistencia ha dejado su expresión y postura relajándose cuando el suave tacto de Visenya le recorrió la mejilla y lo atrajo a él, como un pequeño infante se abrazo al abdomen femenino

No me pongas en una situación difícil a elegir ... Rhaenyra y sus hijos son importantes pero tú también lo eres Aemond...más de lo que me gustaría admitir— de su ojo rodo una lágrima, tan difícil sería olvidar lo que habria pasado y tal era el dolor que estaba seguro de que su ojo de zafiro tambien caería en llanto.
El tacto de la cruel princesa le recorría con suavidad con el cariño que esperaba recibir siempre, uno que con el simple tacto lo calme y se sienta relajado dispuesto a dormir en paz.

Te quedarás a mi lado hoy?— su voz masculina emitida en un tono ronco próximo al sueño, estremecía al oírle y brotaban sensaciones nuevas tan gratas que esperaba nunca dejar de sentirlas. Con suavidad Visenya afirmó su respuesta como positiva y eso le basto a Aemond para tomar la muñeca de su amada y deleitarse con el tacto suave de su piel lechosa en sus finos labios envuelto por la plenitud que ella le hacía experimentar con sus sola presencia.




Por la mañana antes de que el propio sol diera sus primeros rayos de luz Visenya dejaba el aposento de su amado con el silencio vano de los pasillos, sus pasos resonaban como ecos y evitaba hacerlo los guardias no parecían querer verla por una u otra razon pero nadie la habria visto salir de aquel cuarto a excepción de uno.

Quien diría que Maegor con tetas se acuesta con un tuerto—
Dando un freno seco se mantuvo inmóvil con la mandíbula tensa el comentario le había dado desagradado tanto como para empujar su espada en menos de un par de segundos, el guardia Juramentado de algún príncipe o princesa se habría mantenido en su posición firme viendo a la princesa tras su armadura, solos en aquel pasillo no fue problema para Visenya estar a punto de degollarlo pero este fue rápido y la esquivo con gracia y agilidad.
Dando una patada al pecho femenino aquel guardia saco de sus ropas una navaja no dando siquiera tiempo de respirar para tener el filo en el delicado cuello, Visenya no tenía temor y menos al reconocer la barba de aquel tipo.

Eres un imbécil Finan— entre carcajadas se separó dichoso de su broma quitando su casco con expresión humorista dando de sus mejores sonrisas hacia su vieja amiga

Tan amargada como siempre
Rodando los ojos se estrecharon las manos y abrazaron como los compañeros que fueron y los amigos que eran.



Finan Strong conocido por sus compañeros y enemigos como Finan el Agil, siendo hijo menor de Lord Strong envío un poco a la mierda los torneos u otros reconocimientos de aquel tipo, prefirió entrenar y lanzarse a campos abiertos dispuesto a morir solo por sus propias aventuras para conquistar sus propias fortunas, vaya que le iba bien con tan solo 17 años rodeado de bárbaros libres hasta que se cruzó a cierta princesa en los peldaños de piedra.
Entre las cumbres rocosas se escondía el joven guerrero viendo a sus compañeros siendo calcinados y derrotados perdido en la vista nisiquiera noto cuando una cabellera platinada se movía por los cadáveres bajo una capa negra como si de la muerte se tratara, patada a su lado admiro el paisaje junto a él.

es lo que pasa cuando te enfrentas a un Targaryen, Sangano— el susurro congelo la atmósfera y sus huesos, tensando su cuerpo ante el tono giro como pudo observando aquel perfil femenino.

—¿Quien eres?— no dejo siquiera responder y la agilidad le sirvió de ventaja para tener el filo en el cuello lechoso.

Finan no podría explicar como ni el por qué ella lo dejo vivir, tampoco se explicaría el por qué lo tomo como un guardia leal si ella no lo necesitaba era incluso mejor que el, y cuando intentaba sacar el tema ella solo le callaba con simpleza, de cualquier forma no se arrepentia  de perder en los Peldaños, tampoco se arrepentia de su amistad con la princesa mucho menos por su estancia en Rocadragon donde aprendió todo lo que le faltaba para no volver a ocultarse en un campo de batalla.




Entonces te quedarás?— el pequeño asentimiento de Visenya fue fulminado por Finan, suspiro resignado pues estaba aquí solo por apoyarla a ella y hacia donde ella se dirija estaría el como una rata siguiéndola

Vamonos, te buscaré algún prostituto fornido y de buen porte— la joven princesa lo volteo a ver con su semblante sereno ante el atrevimiento de sus palabras, habría olvidado aquel carácter tan peculiar de su gran amigo

no necesito un prostituto Finan, me quedo por Rhaenyra— el castaño elevó la ceja suavemente y una pequeña sonrisa coqueta se expandió por sus comisuras

La princesa Rhaenyra está aqui?— dos jóvenes doncellas pasaron por nuestro lado admirando al joven guerrero quien le daba guiños y sonrisitas atrevidas.

me parece que no soy yo la que necesita una cojida — con una carcajada ambos amigos caminaban por los pasillos de aquella fortaleza, aún Finan insistiendo en irse a alguna aventura y conseguir bebida, mujeres y un hombre pero era rechazada su "maravillosa" oferta.

Ajenos a lo que estaría ocurriendo en el aposento del rey se encaminaban tranquilos perdiendo el tiempo.
Viserys de manera pacífica abría muerto mientras descansaba en su alcoba con la soledad y el silencio rodeándolo, finalmente la lepra era un dolor que su cuerpo débil no debía de cargar. Ya no más sufre que lo consuma ni penas que le claven al pecho.
pero eso implicaba nuevas visiones a futuro, nuevos caminos a elegir y nuevos bandos para tener y brindar.
Y Alicent sabía muy bien en el momento en que decidió mal interpretar las palabras de Viserys, quien no hablaba de Aegon II si no que se refería únicamente a la canción de hielo y fuego refiriendo su palabra a Aegon el conquistador y su predicción.

Visenya jamás sería de su bando y eso lo tenía claro, nisiquiera usando a su hijo menor como carne para atraerla podría retenerla en la fortaleza y no estaba al tanto de su compañía repentina, cualquier plan en contra resultaría mal y podría volver buscando venganza pues Visenya lo había advertido.



Dragones, espada y sangre...las joyas que los hijos de Alicent portaban no eran simples obsequios...eran una advertencia.


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𝐓𝐡𝐞 𝐄𝐱𝐢𝐥𝐞,, 𝐕𝐢𝐬𝐞𝐧𝐲𝐚 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐫𝐮𝐞𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora