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XXIII,,Decisiones 

-Recuerdo bien la tarde que salve a Lucerys Velaryon y Arrax- la voz ya era mas baja, no tenia el mismo impacto frívolo de hace un par de años su tono podría haberse vuelto mas gentil y dulce, las situaciones que vivió para llegar a este punto realmente abrían cambiado e impactado mucho en ella.

-se siente presente el ardor de mi pecho...verlo montando a Vhagar con su expresión seria y sus ojos penetrantes como si al verme atravesara mi alma, y lo hacia...por primera vez mis ojos se relajaron y tuvieron un brillo pero no era uno alegre, todo momento gentil que pasamos pareció desvanecerse y sabia lo afectada que me vi en ese instante- los orbes violeta se mantenían con la vista baja tan perdida en su regazo y los detalles del encaje en su camisón blanco. 

-¿el no dijo nada?-la pregunta le revivió y elevo el rostro con una suavidad similar a los dientes de león volando en los campos por la brisa

-Vezof las, ñuhys emagon vestri naejot-

-Los dioses dijeron que nosotros estamos hechos para arder juntos-

Mis ojos se cerraron con la misma velocidad a la que una ceniza caía de lo alto del cielo, y sentí la brisa, y sentí el sonido, reviví el momento. De nuevo en el despejado cielo que se apreciaba al dejar Bastios de Tormentas, otra vez dirigiendo a Uturth. con la ansiedad de siempre desde aquel momento mis ojos lo buscaron entre las nubes, Lucerys se alejaba junto a Arrax perdiéndose en la lejanía. 

vhagar gruño de dolor y girando el rostro me encontré con su figura, desorientado pero no perdido de lo que sucede me congele como tantas veces su ojo me miro con atención, el calor en el pecho se sentía mutuo como si una conexión uniera nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestras manos y visión, Las almas se sentían tan interconectadas que la simple lejanía de nuestros dragones me clavaba como daga de acero en el corazón. 

a pesar de su vista penetrante podía sentir bien que estaba dolido no tenia rabia era simple desesperación, la misma que estaba experimentando y la misma que nos hizo soltar lagrimas poco visibles para el otro, la misma que me hizo soltar esas palabras, diferente a las suyas que nos atraían aun mas...los dioses...

lo vi partir y la vista me fue abajo perdida en la montura de mi dragón, si los dioses hacían esto rogaba su regreso, que yo daría mi alma por el y por mi en el futuro, con la daga de acero valyrio seria capaz de arrancar mi corazón latente y darle a beber mi sangre, sacrificar mi fertilidad por un poco de su felicidad estábamos dejando nuestros intereses en esos cielos y me sentí sangrante con cada aleteo que Uturth daba alejándose de aquella atmósfera nuestros caminos se separaron y yo rezaba con la fe que nunca tuve gritando a los cielos, a los dioses que me trajeron a la vida que este no sea el final amargo que destruyera mi espíritu

"Don't forget me"

"Daoruni ñuha"

la noticia se expandió con rapidez como el fuego de los dragones al calcinar cuerpos moribundos, Lucerys piso tierra y corrió en busca de su madre no tardo en explicar la gravedad de la situación a demás del rechazo de Lord Barros Baratheon ante la exigencia de la reina, cuando se aseguro la zona en lo alto Rhaenyra fue a las afueras del castillo a la espera de su hermana menor. Las sombras sepulcrales de Uturth no tardaron en apagar la poca luz que el día emitía, rugía como las trompetas del inframundo anunciando un final caótico ni siquiera hubo delicadeza en su aterrizaje y causo temblores en la tierra. Visenya tampoco parecía estar en sus 5 sentidos, el rostro lo tenia colorado en rabia el cabello despeinado por las brisas violentas las venas parecían estar por explotar y la vista perdida en donde fuera. Su hermana intento acercarse pero solo logro un reflejo peligroso en la menor que retirando su daga lanzo un acto en defensa, su estado era tan alarmante que realmente la ira no le permitía ver su alrededor, todo parecía borroso, si bien la daga no lastimo a Rhaenyra, si se lastimo a si misma y la adrenalina no envió las señales de peligro en su sistema el antebrazo sangraba como un rió salvaje en las amazonas. la desesperación la obligaba a tallarse los ojos para tener por fin la claridad pero esto solo tiño sus ojos violeta de un rojo vivo y el rostro lechoso empapado de ella misma le causo gritos horrosos que se asemejaban a demoníacos que se mezclaban en los aires con los rugidos infernales de Uturth, esto según los que rodeaban la zona....

𝐓𝐡𝐞 𝐄𝐱𝐢𝐥𝐞,, 𝐕𝐢𝐬𝐞𝐧𝐲𝐚 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐫𝐮𝐞𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora