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Jungkook apenas y podía levantar los palillos con ese ramen recién hecho. Sus heridas eran tan dolorosas, su cuerpo lo sentía arder, no se había colocado ningún tipo de medicamento o ungüentos que lo ayudarán a bajar el dolor. Tampoco pensaba decirle nada a él Alfa, ahora estando en estás situaciones, seguramente lo insultaria de la peor manera para después decirle que no merece eso, lo único que merece es el dolor físico y emocional que está pasando.

—Ah... que delicia, extrañaba tanto comer ramen, ¿Tu no lo extrañabas? —Dijo Tae llevando su vista a el pequeño Omega que solo asintio con la cabeza. Un bufido salió de sus labios para después levantarse y dar un golpe en la mesa— Menos mal había terminado de comer, si no, me hubieras amargado la comida con ese comportamiento.

—Lo siento...

—Ya no quiero escucharte. Solo iré a recostarme en la habitación, espero que no se te ocurra nada idiota como para que termine matandote a golpes.

El alfa salió del lujoso comedor dejando a un pobre Omega con las orejas abajo... Si tuviera unas.

La idea de escapar de la mansión solo cruzó por su mente cuando Tae le advirtió lo que pasaría si lo hacía, el lo conocía perfectamente y si el dice algo, lo cumple, sea como sea

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La idea de escapar de la mansión solo cruzó por su mente cuando Tae le advirtió lo que pasaría si lo hacía, el lo conocía perfectamente y si el dice algo, lo cumple, sea como sea.

¿Por qué no matar el rato libre? Jungkook fue a su mochila con calma para poder tomar sus libros, cuadernos y algunas lindas plumas en forma de zanahoria. El amaba estudiar, quería ganarse un puesto en la universidad del alfa, claro, con una beca, incluso haciendo todos los sacrificios del mundo, no podría pagarlo.

—Veamos... La raíz cuadrada es igual a...

Por otro lado

El sueño del alfa había sido reparado casi por completo, todo en el gritaba que necesitaba un baño, a pesar de manejar una empresa y ser uno de los mejores estudiantes de su facultad, necesiaba relajarse.

Bastaron unos treinta minutos en la tina, sus músculos sentían una gran satisfacción al poder tener un poco de alivio.

—Ah... Que increíble se siente estar limpio. —Dijo al salir de la ducha con una toalla rodeando su cintura.

Se colocó algo cómodo para estar en casa, no saldría a ningún lado después de tal comportamiento de su Omega, no creía esa actitud con el...

—¿Donde se abra metido?

Fue a su habitación, nada, piscina,cine, gimnasio e incluso el jardín. Estaba empezando a molestarse ¿Se habrá ido? No, si lo hace, sabe muy bien que consecuencias abría de por medio.

Biblioteca.

Se dió un golpe en la frente con la palma de su mano, era tan obvio. Sin más, fue hasta la gran biblioteca que tenía. Al abrir se encontró a su pequeño Omega con las narices en un libro de historia. Bufó.

Un suspiro lleno de dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora