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12:00 pm.

El sonido de las llaves resonaron por la enorme casa. En eco hacia un magnífico trabajo. Se veía a leguas que su Omega seguramente ya estaba dormido. No haría ruido, le ha costado tanto dormir que es un milagro que ahora este en los brazos de Morfeo.

Camino hasta la cocina mirando todo impecable, sin embargo. No había nada que pueda llevarse a la boca. Estaba demasiado cansado que lo que más quería era un plato en el microondas esperando ser calentado. Sin embargo, no fue así.

—Llegaste.

Rápidamente dió media vuelta mirando a su Omega con esa linda bata azul de seda. Lo había tomado por sorpresa que estaba a nada de sacar un grito afeminado.

—No quería levantarte. Lo siento, trate de ser silencioso.

—Esta bien. —Suspiro— No hay problema.

El alfa sonrió un poco. Se acercó con intención de darle un beso a su frente. Claro. Se negó.

—Hoy me sentía un poco mal... No cocine hoy, Pero hay algo de ramen.

—No, estoy bien. ¿Cómo te sientes ahora?

Una excelente manera de desviar el tema, hoy no quería pelear.

—Bien... Regresaré a la cama.

Cuando estaba a punto de salir escuchando como la silla hacia un desagradable sonido al arrastrarlo con el piso. En un segundo, ya tenía a su alfa abrazándolo de la espalda.

—Cuando me quitarás este jodido castigo.

—Esa boca.

—Solo responde... Por favor.

El Omega llevo sus manos a los brazos que lo apretaban, poco a poco las alejo hasta poder estar libre. Se dió media vuelta quedando frente a frente. Veía a su alfa .. quería llorar. Sus ojos lo delataban.

—No quiero tener esta discusión de nuevo, ya dije lo que quería. Punto.

—Jamas...

—En ese caso, jamás me preguntes cuando seré como antes contigo.

El Omega estaba a nada de retirarse. Cuando de repente. Esas frías y largas manos lo tomaron de su brazo derecho.

—Suelta...

—Kooky...

Poco a poco el alfa arrinconaba a su presa. Sus labios  llegaron a el cuello del Omega, pasaba su lengua con descaro.

—¡Detente!

Una cachetada llegó a la mejilla del contrario. Sin embargo, está vez. Fue Tae quien recibió el golpe. Lo había sacado del shock.

—Cielo...

—¡Estabas por hacerlo de nuevo!

Cuando el menor quiso correr. Nuevamente lo abrazo, está vez con fuerza, ambos tenían lágrimas que caían sin parar.

—¡Dije que me sueltes!

—¡¡MIERDA!!

Tae lo soltó con brusquedad. Observo como su Omega corría escaleras arriba. Se encerró.

Lo había pensado toda la noche, ya no era lo mismo y mucho menos eran ellos mismos

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Lo había pensado toda la noche, ya no era lo mismo y mucho menos eran ellos mismos... Lo estaba matando de distintas maneras.

El alfa estaba en una de las sillas del comedor esperándolo. Claro que debía ser discreto, seguramente no lo quería ver. Pero también lo conoce... No soportaría el hambre.
Al ver cómo estaba por bajar, no dudo en esconderse. Si lo veía ahí, regresaría a encerrarse. Podría abrir con las llaves, pero quería darle su privacidad.

Esto era como una caza. Cuando la presa estaba lo suficientemente cerca se abalanzó sobre el logrando sacarle un grito.

—¡¿Que haces!?

—Solo quiero hablar contigo. Por favor.

—¡¡No!! ¡Déjame!

Los forzajeos empezaron, Jungkook no era rival para su Omega. Llevaba días sin comer bien, eso significa que no tenía tanta fuerza.

—¡Por favor!

—¡¡Parece que eres sordo!!

El alfa de un rápido movimiento había logrado tomar en brazos al Omega que se retorcía. Lo llevo con mucha lucha hasta su oficina. Al bajarlo aprovecho en trabar la puerta. Su Omega no dejaba de empujarlo.

—¡Basta! ¡Solo quiero negociar contigo!... Sientate. Ahora.

El Omega lo miro mal. No confiaba del todo ahora. De todos modos, era imposible. Se sentó.

Tae fue a su lugar y prendió su computadora, imprimió un documento que después le extendió al menor.

—¡Que es esto?

—Solamente léelo.

Extrañado comenzó a leer el contrato. Su sonrisa se formaba poco a poco.

—¿¡En serio!? ¿¡Puedo irme!?

—¿Solo te intereso eso?

—Lo siento, pero si. No soporto esta mansión...

Tae miro hacia la ventana, trataba de no derramar lágrimas.

—... Puedes irte ... Pero debes firmar el contrato. Pero debes salir conmigo las veces que yo quiera. No puedes negarte a verme.

—Tae... No quiero nada de ti ... Eso incluye tu presencia, ¿No lo puedes ver?

—Es eso oh te quedas conmigo.

—No tengo por qué firmar esto, solo me iré y ya.

Sin más rompió el contrato frente a sus ojos.

—No te amo más Kim Taehyung, me iré y no quiero que me busques.

𝙼𝚊𝚣𝚊𝚙á𝚗 🌹

Un suspiro lleno de dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora