°Despertar y Desafíos°

3 1 0
                                    


No puedo creer que esto me esté pasando o mejor dicho, si lo creo, algo tenia que pasarme. Aunque todavía no lo entiendo ¿Cómo es posible que mis diez alarmas no hayan sonado? Justo hoy, el primer día del semestre.

Corro por la calle, tratando de alcanzar el bus que ya está arrancando. Mi respiración se vuelve cada vez más agitada, y siento mis piernas pesadas, pero no puedo rendirme ahora.

"Por favor, que me vea, que me vea," pienso, agitando una mano frenéticamente en el aire. "¡Espere, por favor!"

El bus avanza lentamente por el tráfico matutino, y veo una pequeña esperanza. Pero, por supuesto, algo tenía que salir mal. Mi bolso se desliza de mi hombro y todos mis libros caen al suelo, esparciéndose por la acera.

"Genial, simplemente genial," murmuro entre dientes mientras me agacho para recogerlos. Con dedos temblorosos, vuelvo a meter todo en mi bolsa, esperando que mi laptop no se haya roto. "Por favor, que no se haya roto."
Hoy tengo que presentar mi proyecto de verano y mi trabajo de dos meses esta en esa laptop.

Sin perder más tiempo, me levanto y sigo corriendo detrás del bus, con la esperanza de que el conductor me vea y se detenga. Hoy no es el mejor día para empezar así.

Sigo corriendo detrás del bus, rogando que el conductor me vea. Pero, por supuesto, nada puede ser tan fácil. Un auto detrás de mí empieza a pitarme la bocina con insistencia. "¡Muévete!", grita alguien desde el interior del auto. Ignoro el sonido, enfocada únicamente en alcanzar ese bus.

Dentro del bus, mi amiga Sophie me ve desde una de las ventanas. La veo gesticular y gritar algo, pero no puedo escucharla. De repente, veo que se levanta de su asiento y corre hacia el conductor. "¡Deténgase, por favor! ¡Espere un momento!", grita Sophie, su voz llena de urgencia.

El bus se detiene, y yo, jadeando y con las piernas temblorosas, finalmente logro alcanzarlo. Subo los escalones de dos en dos, sin atreverme a mirar hacia atrás, donde sé que el conductor del auto me está lanzando una mirada asesina. "¿¡Eres turista? estúpida!", escucho que grita alguien, pero no me importa. Estoy dentro del bus y eso es lo único que cuenta.

"Gracias, Sophie," digo, tratando de recuperar el aliento. Me desplomo en el asiento a su lado, mientras ella me mira con una mezcla de preocupación y diversión.

Sophie me recibe con una sonrisa aliviada cuando finalmente logro sentarme en uno de los asientos libres. "Toma, déjame tener tu bolso," le digo, sintiéndome agradecida por su intervención para detener el bus. Ella se ríe y me pasa su bolso, aceptando mi gesto de agradecimiento.

"¿Cómo te ha ido este verano?" pregunto, deseando ponerme al día mientras el bus retoma su marcha. No habíamos podido hablar mucho últimamente, especialmente desde que Sophie se fue a Marruecos con su familia.

"Ha sido increíble," responde Sophie con entusiasmo. "Las vacaciones fueron geniales, aunque te extrañé mucho." Su expresión se vuelve más suave mientras habla, y siento una punzada de culpabilidad por no haber estado pendiente de mi teléfono en el verano.

"Bueno, seguro que el viaje te dio mucha inspiración para tu proyecto," le digo, tratando de aligerar el ambiente. Sophie asiente con la cabeza, una chispa de emoción en sus ojos.
"Mucha inspiración y muchos modelos para mi proyecto," responde, y ambas nos reímos.

Finalmente, llegamos a la universidad y el bus se detiene. Nos ponemos de pie y comenzamos a bajar, sintiendo el alivio de estar finalmente en nuestro destino.

○○○○○○○

Al entrar a la universidad, el ambiente familiar y bullicioso del primer día de clases se siente reconfortante. Sophie y yo caminamos juntas por los pasillos abarrotados, saludando a algunos conocidos que se cruzan en nuestro camino. Sin embargo, noto cómo la mayoría de las personas parecen dirigir sus saludos y sonrisas hacia Sophie.

𝓜á𝓼 𝓐𝓵𝓵á 𝓭𝓮𝓵 𝓥𝓮𝓵𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora