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Juliette Blackwell.

Pelirroja, Ojiazul, pecosa, extrovertida, risueña, sarcástica, bromista, hermosa.

James estaba dibujando a Juliette, no sabía cuándo ni cómo había empezado. Por su cabeza solo podían pasar los momentos que compartían juntos. Incluso los que no.

Recordó cómo la veía desde que eran niños, corriendo por los pasillos, sonriéndole a todo el mundo. Tomando fotografías de las cosas más pequeñas e insignificantes. Se negaba a sí mismo a verla más de la cuenta en ese entonces.

Hola, soy Juliette. - Una pequeña pelirroja se había acercado a él con una sonrisa y un recipiente con gomitas.

-¿Quien? - El pequeño rubio la miró de arriba a abajo con desdén.

-Creí haberte dicho mi nombre - soltó una risa. -Soy Juliette Blackwell y me gustan tus ojos.- Se sentó a un lado del niño. -¿Quieres una gomita? - le tendió el recipiente.

James la miró por unos segundos. Lo ponía nervioso lo linda que era, intentó decirle algo, pero solo pudo levantarse de su asiento y se fue a otro lugar.

Juliette no mentía, le gustaban los ojos del chico, pero en cuanto el rechazó sus gomitas y se fue con una expresión de asco, se prometió a sí misma, no volver a mirarlos.

-Hola. - Mortimer entró a la habitación. James cerró la libreta rápidamente y lo miró. -¿No quieres jugar un rato para poder despejarte? - El hombre se acercó a él y lo tomó de los hombros. -Necesito un compañero y pensé que podríamos ir a comer después.

-Okey. - James le respondió.

-¿Y no necesitas otro? - Lydia dejó de hacer ejercicio y se acercó con una gran sonrisa.

-Vamos a jugar dobles. - Mortimer se negó. -Tal vez en otra ocasión. - Salió del salón. -¿Qué esperas? - gritó desde afuera a James quien se quedó con su hermana.

James la miró con lástima y la chica se negó. -Estoy bien.

Juliette estaba en el establo de su casa fotografiando a los caballos.

-¿Me regalas una sonrisa? - Le pidió a su Gypsy Vanner con un puchero. - Vamos neptuno, una sonrisita. - Acarició su frente. - El caballo bufó, se apartó y se dió la vuelta.

-Creo que se acabó la sesión de hoy. - Escuchó detrás de ella.

-¿James? - Miró a la entrada del establo. -¿Qué haces aquí?

-Tu madre me dijo que estabas aquí. - se encogió de hombros.

Juliette cerró la puerta de su cuadra y dejó la cámara colgando en su cuello.

Ukiyo - James BeaufortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora