╰•★ 𝕿𝖜𝖔

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- La tarea tiene un valor de treinta puntos, Lucía, ¡Treinta puntos! ¿Sabes lo que eso significa? ¡Exacto! Que no te dejaré ir de fiesta ni mucho menos tomar durante este fin de semana, hasta que terminemos la tarea. - Dijo Amelia, realizando movimientos con sus manos a cada palabra que decía. Rodé los ojos.

Amelia siempre ha sido tan perfecta. Me refiero a perfeccionista, claro.

No sé...

Creo que su nombre correcto es "Amelia las cosas tienen que salir perfectas o te corto el pene Blight."

- Que dramática. - Mascullé.

Ambas continuamos andando hacia mi auto por el estacionamiento de la escuela. Había muchas personas y eso era algo que detestaba. El día simplemente había cursado con naturalidad. Nada nuevo. Sólo ese maldito trabajo de ciencias.

- ¡Yo no soy dramática! Lo que pasa es que me preocupo por nuestra calificación. Además, no te dejaré reprobar. Si repruebas me quedaré sola y sin amigos. No dejaré que te alejen de mí. - Sonreí y pellizqué su mejilla.

- ¡Que linda eres, Amy! Yo también te quiero. - Dije sin dejar de apretar su mejilla ahora roja. Amelia quitó mi mano de su cara e hizo una mueca.

- No te burles, idiota. Hablo enserio, no me puedes dejar. - Dijo con seriedad. Aunque en realidad la seriedad y Amelia se conocen muy poco. Reí.

- Tranquila, todo estará bien. - dije.

Aunque muy segura no estoy.

Tengo que alistarme en todas las asignaturas para no ir a recursar. ¿Cómo pretendo sacar un diez en dos cortas semanas, si no lo saqué en un semestre entero?

- Lo dices como si todo fuera a estar bien. - Masculló. Sonreí. Amelia puede ser muy pesimista. Pero es mi amiga y la quiero.

- ¿Quieres cerrar tu boquita ya? - Reproché. Amelia rodó sus ojos ámbar, dándome la victoria de la conversación.

Amelia

- Yo haré la investigación, el reporte y todo lo que tenga que ver con hacer el trabajo correctamente y tú... Tú puedes colorear y transcribir. - Dije sacando los libros y los cuadernos para comenzar a trabajar. Lucia me miró y alzó sus cejas.

- Siempre me dejas lo estúpido. - Se quejó.

- Cada quien hace lo que puede. - Dije con tranquilidad. Lucia negó con la cabeza y yo no pude evitar soltar una carcajada.

- ¿Puedo, aunque sea, hacer un resumen o algo así esta vez...? - Sugirió. Recargó sus brazos en el respaldo de la silla, tensando los músculos de sus brazos. Yo estaba sentada en el comedor y ella de pie.

- ¿Sabes cómo? - Cuestioné con curiosidad. Es decir... Es Lucia, a ella háblale de sexo y alcohol y te entenderá, no de las ciencias fácticas porque te ignorará.

- Sí. - Dijo con Obviedad. Sonreí con burla, mirándola con incredulidad. - Sé hacer muchas cosas que tú no sabes. - Remarcó al ver mi expresión.

- ¿Ah sí? ¿Como pensar y respirar al mismo tiempo? Tranquila, no agotes fuerzas. - Me burlé. Lucia entrecerró sus ojos y me fulminó con la mirada. Reí.

- Conoces sólo el 80% de Lucia Noceda. - Murmuró con misterio y superioridad.

- Tenemos seis años de amigas, babosa, te conozco hasta los huevos. - Dije con obviedad. Lucia sonrió y soltó una enorme carcajada, pero luego negó.

- Mis huevos son parte del 80% -

- ¿Qué hay del otro 20%? - Cuestioné con una ceja alzada. Lucia sonrió de una manera extraña, fue casi una sonrisa depredadora, además sus ojos parecieron tomar una tonalidad más oscura.

- El 20% no interesa. - murmuró.

- Pero soy tu mejor amiga, me interesa. - dije fingiendo indignación.

- Tal vez algún día lo sepas. - Murmuró. Suspiré.

- ¡¿Tienes un secreto y no me habías dicho nada?! - Exclamé sorprendida. - ¡Mierda, Lucia! Tú sabes todo de mí, es injusto. - Lucia se encogió de hombros con su sonrisa habitual; sus hoyuelos marcados a los extremos de su sonrisa, reposando en sus comisuras.

Sí... Mi amiga tiene una linda sonrisa.

- No es un secreto... Es más... Una reservación... personal, sólo para... Mi y... Nadie más... Que yo... -

- Lo que acabas de decir no tuvo mucho sentido. - Aseguré con el entrecejo fruncido. Lucia sonrió.

- Como sea... Algún día lo sabrás. -

- ¿Y por qué no ahora? Yo quiero saberlo ahora - Exigí. Lucia sonrió ampliamente, tal cual alguien ocultando algo, pero no estaba segura de qué.

- ¿Te quedarás esta noche? - Me preguntó intentando desviarme del tema.

- No intentes cambiarme el tema, Noceda. - Advertí. Lucia rió.

- Oye ¡Cálmate! No es la gran cosa. - Se excusó. La miré con las cejas alzadas.

- ¿No es la gran cosa? Vaya que tienes razón ¡Es la cosa grande! - Dije. Lucia carcajeó.

- Lo que acabas de decir no tuvo mucho sentido. - Repitió mis palabras.

- Deja de usar mis palabras para atacarme. - Lucia se sentó en la silla que estaba junto a mí y tomó uno de mis cuadernos y una pluma.

- ¿De qué páginas hago el resumen? -

- Es secreto. - dije fingiendo enojo. Lucia alzó la vista y me miró seria. Pero una sonrisa graciosa se pintó en sus labios.

- Se supone que debo rogarte ¿O?... -

- No. Se supone que debes decirme tu secreto. -

- Amelia, vamos... Deja tu necedad. - dijo soltando un suspiro.

- Tú deja la tuya. -

- ¿Por qué? Es mía. -

- Si te la robo será mía. -

- Si evito que me la robes seguirá siendo mía. -

- Pero si... ¡Ah, ya! ¡Tú me haces ser estúpida! - Me quejé, poniendo mis manos en mi cabeza y sintiendo cómo la risa de Lucia inundaba la habitación.

- Estúpida naciste. Ahora dime las páginas. -

- Ya te dije que es secreto. -

- Tú no tienes secretos, Amelia. - dijo con obviedad.

- Sólo conoces el 80% de Amelia Blight. - la remedé. Lucia rió.

- ¿Y por qué sé que el otro 20% se basa en comida y golosinas? -

- Es para cubrir la verdad. Soy todo un misterio. - dije. ¿A quién engaño? Soy un maldito libro abierto. No, soy una revista. Sí, eso es mejor.

- ¿Tú? ¿Un misterio? -

- Muy misterioso. -

- Un misterio muy misterioso que me sé al derecho y al revés. Ahora dame el puto libro y pongámonos a trabajar. -

【 𝘚𝘦𝘹𝘰𝘮𝘯𝘪𝘢 & 𝘗𝘢𝘳𝘢𝘴𝘰𝘮𝘯𝘪𝘢 • 𝘓𝘶𝘮𝘦𝘭𝘪𝘢 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora