No fue solamente el repentino movimiento que la mano de Lucia empleó para desabrochar mi pantalón y bajarlo mínimamente lo que me dio un tremendo estremecimiento de placer, sino el extraño y el intenso tono que logré descubrir en su voz. Fue casi como una amenaza, una amenaza que estaba dispuesta a cumplir, y que estoy dispuesta a soportar.
Tensé mis músculos y apreté la mandíbula cuando los largos dedos de Lucia iniciaron suaves caricias en mi centro por sobre la tela de mi ropa interior. No me ayudaba el hecho de seguir sintiendo su respiración detrás mío, su pecho estaba pegado a mi espalda, sus brazos estaban rodeándome simulando una jaula, simplemente para no dejarme ir.
Pasé mis manos por sus antebrazos, que me abrazaban a mis costados, hasta llegar a sus muñecas, no sé si ella comprendió el acto o si yo intenté de verdad comunicarle algo, pero ejerció presión con sus dedos en aquella zona. Aferré mis manos a sus muñecas y cerré los ojos, agradecí infinitamente que no estuviera mirándola frente a frente, porque esto comenzaba a reflejarse en mi más de lo que yo esperaba.
- No me sujetes, no podré hacerlo bien si me sostienes así. - Lucia quitó mis manos de sus muñecas y logró meter su mano dentro de mis bragas. Dejé ir un jadeo cuando la calidez de su mano me cubrió placenteramente.
Ahogué con toda la fuerza de voluntad que aún me quedaba un fuerte gemido, no estoy lista para ser perra, esperaré un poco más.
Mi mente no dejó pasar desapercibido el tono tan autoritario que empleó en su orden, ni tampoco el efecto que ocasionó en mi cuerpo. Es como si todo de mi estuviera de acuerdo en obedecerle, y el hecho me resultaba increíblemente poderoso sobre mí, porque su orden me gusta, su tono me pone alerta, todo de ella tiene una autoridad sobre todo de mí que me hace dudar demasiado, pero me hace sentir muy bien.
- ¿Quieres que hablemos del curioso cuestionario que le hiciste a Wionna mientras te masturbo? -
Fruncí mi rostro, intenté ordenar mis ideas y pensé en su pregunta... Oh, maldita traidora. Yo solo le pregunté a Wionna unas cuantas cosas acerca de sexo sin compromiso o como desaparecer de la vida de un amante para no verle la cara nunca en la vida de nuevo, claro, sin que éste se entere. No sé cómo supo que hablaba encubiertamente de Lucia, tampoco sé cómo confié en ella, estúpida Wionna.
- N-no, no digas su nombre... Mientras hacemos esto... Joder, maldita sucia. - Park sabrá lo que es tener un bonito morete en su cara después de esto. ¿Cómo fue capaz de contarle a Lucia? Que amiga, no le contaré nada jamás, que se meta sus pinky por el culo.
- ¿Por qué no dejaste que yo solucionara tus dudas?... - Podía sentir la maldita y condenada sonrisa de Lucia sobre mi hombro, disfrutaba de las reacciones, disfrutaba de su control, disfrutaba de tenerme así, simplemente lo hace y es que es Lucia, ella debe tener el control si no, todo está mal... Y bueno, yo solo soy Amelia, solo soy yo, y me tiene bajo su control.
- Porque... porque eres una tonta... -
Lucia rió ronca. A propósito pasó su dedo índice por entre mis pliegues, llevándose la humedad que ahí se había estado formando por sus caricias y con ello un jadeo un poco desafinado de mi garganta, incliné mi cuerpo hacia el frente, alejándome, aún de espaldas a ella.
- No te cubras. Así no es divertido. - Ignoré su oración y suspiré contra mi mano, esto de que me esté masturbando y riéndose de mi al tiempo, es tan patético, pero tan de ella. Que humillación. - ¿No te descubrirás? -
Antes de que pudiera replicar, o tan siquiera apartar por mi propia cuenta la mano de mi boca, Lucia se adelantó y me volvió hacia ella, no me alcanzó el tiempo para mirarla a los ojos cuando ya estaba boca arriba sobre la cama. Oh, la cama. Esta cama. Su cama.
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【 𝘚𝘦𝘹𝘰𝘮𝘯𝘪𝘢 & 𝘗𝘢𝘳𝘢𝘴𝘰𝘮𝘯𝘪𝘢 • 𝘓𝘶𝘮𝘦𝘭𝘪𝘢 】
Fanfiction"𝘋𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘓𝘶𝘤í𝘢 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘶𝘯 𝘵𝘳𝘢𝘴𝘵𝘰𝘳𝘯𝘰 𝘯𝘰𝘤𝘵𝘶𝘳𝘯𝘰 𝘺 𝘈𝘮𝘦𝘭𝘪𝘢 𝘤𝘳𝘦𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦 𝘣𝘳𝘰𝘮𝘢" "𝙎𝙚𝙭𝙤𝙢𝙣𝙞𝙖" "𝘥𝘦𝘯𝘰𝘮𝘪𝘯𝘢𝘥𝘰 𝘢𝘴í 𝘢𝘭 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘴𝘦𝘹𝘶𝘢𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦...