capitulo 1 el inicio parte 1

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Soy Emily, una estudiante universitaria de 22 años que vive en el dormitorio de la universidad, pues soy de un pequeño pueblo, de otro estado, pero eso no es muy importante.

Lo peor que podía pasar, pasó, pues perdí mi libreta; ustedes se preguntarán por qué esto es tan terrible, lo cual por sí mismo no lo sería, sino fuera una libreta especial en la que escribí mis más profundas fantasías a modo de diario.

Las cuales no son solo fantasías comunes, sino que son fantasías de esclavitud, las cuales son extremadamente vergonzosas, pues en muchas de ellas yo soy la protagonista.

¡Pero donde la deje! Pues normalmente, no suelo sacarla de mi mochila. El día de ayer me acuerdo que fui a la universidad y después de eso fui a trabajar como sirvienta en una de las casas de la zona rica de la ciudad.

Lo peor fue que, asiendo memoria, me acordé que la única vez que saqué mis libretas fue en mi trabajo, donde estaba buscando un plumón de agua para jugar con el niño de los señores, pues en esa ocasión me pidieron que cuidara al niño hasta que ellos llegaran, además de ser su sirvienta, tan bien soy la niñera de su hijo, aún que al inicio no me contrataron para eso, pero no me molestaba pues la paga es buena pues aumentaba más mi ingreso.

Pero esta vez realmente estaba jodida, pues sí, es que el niño o los señores encuentran la libreta donde no solo hay historias ficticias de mis fantasías protagonizadas por mí, sino uno que otro dibujo, lo que lo hace demasiado vergonzoso, por lo que todo el día estuve casi, casi rezando por que no encontraran la libreta.

Incluso me planté el hecho de no ir más a trabajar, pero no tenía el lujo de poder quedar sin empleo, y menos tan cerca de terminar el penúltimo semestre y luego un buen trabajo, del cual la paga es bastante buena, pues gano solo trabajando como sirvienta $300 pesos por 6 horas, y si es que me piden que me quede como niñera, me pagan las horas extras al doble, pero no sé qué puede pasar.

Después de una mañana estresante decidí ir a trabajar con un poco de resignación por si me despiden, pues es muy probable.

Al entrar en la casa, la cual es realmente grande, pues es la típica casa de ricos, una vez estuve en la puerta, me abrió la señora y me indicó que entrara a la casa.

Una vez que entré, fui al área donde dejaba mis cosas mientras trabajaba. Después de eso, como de costumbre, fui con la señora, la cual siempre me daba tarea o ordenes especiales.

Una vez que estuve en frente de la señora le pregunté: —¿Hoy qué tareas quiere que haga, señora?

Por lo que, un tiempo después, en lo que no decía nada, le volví a preguntar temiendo la respuesta: —¿Todo está bien?...

A lo cual solo me miró con una sonrisa y me dijo: —No te preocupes, Emily, es más, te importaría empezar con las labores de costumbre.

Por lo cual, yo solamente pensé en que realmente lo superé y no descubrieron la libreta, por lo que la buscaría disimuladamente.

Al estar saliendo, la señora me detuvo, lo cual me heló la sangre, pero solo me dijo: —Hoy voy a salir por lo que recoges y cuidas la casa, pues va a estar sola hasta la tarde que llegue, y no te preocupes por el niño, pues Leo irá con sus abuelos.

Después de que la señora se fuera, fui corriendo al cuarto del niño donde dejé la libreta anoche. Para mi sorpresa, no tarde en encontrarla y guardarla en mi mochila.

Una vez que la dejé en un lugar seguro, empecé con las labores del día, limpiando la cocina y la sala. Al terminar, fui a limpiar los cuartos, donde, como era de costumbre, limpié el cuarto de los señores primero y luego el del niño, pero al entrar al cuarto de los señores me topé con una sorpresa, pues el cuarto está hecho un desastre, pero lo que realmente me sorprendió fue el ver una jaula de perro del tamaño suficiente como para una persona.

the maid's notebook (el cuaderno de la criada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora