Capítulo 6 Antes de dormir

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Así que después de unos minutos me incliné y puse mis manos en mi espalda, lo cual se me hizo muy humillante, pues parecía un perro comiendo.

Pero para mi desgracia, tenía que batallar con la condenada pizza con cada bocado hasta que la termine.

Una vez que logré acabar con la pizza, trate de mover mis manos para limpiarme la cara, pues la tenía embarrada, a lo cual recibí una nalgada y el comentario de que no moviera las manos.

Por lo que por instinto me quedé quieta, no fue hasta que escuché una risa, la cual me hizo mirar para arriba para llevarme una sorpresa.

Pues los señores me estaban viendo mientras que ellos comían, lo cual me dio pena y trate de evitar que me vieran en ese estado.

Pero para mi sorpresa me acariciaron y felicitaron por ser una buena mascota, a lo cual me dejé llevar por los mimos.

Incluso me dieron otro trozo de pizza, el cual volví a comer de la misma manera, pues en fin, ahora soy su mascota.

Después de terminar la segunda rebanada y el ver que al parecer ya habían terminado los señores, pensé que me soltarían la correa que unía mi collar con la silla, pero no, pues solo se pararon y recogieron la mesa, con lo cual solo me quedé de rodillas mirándolos hasta que la señora me soltó la correa y me dijo que la siguiera.

La verdad, no sabía si podía pararme, por lo que la seguí a cuatro patas todo el camino hasta el baño...

Donde me dijo que antes de dormir lo mejor era que me diera un baño, en lo que estoy de acuerdo, pues era algo que siempre hacía antes de dormir.

Pero lo que me sorprendió fue el que me diera la orden de desnudarme, en frente de ella, a lo cual me quise negar, pero con una bofetada no me queda de otra que obedecer.

Lo cual, en cierto modo, me sorprendió, pues parecía como si el que me golpearan o me gritaran me ponía en trance, pues obedecía sin más como si no fuera yo; y lo peor es que el que me humillaran me hacía sentir bien, extremadamente bien.

Al termino de que no me di cuenta de cuando ya estaba completamente desnuda en frente de la señora, mentiría si dijera que no me dio pena por la cual instintivamente trate de cubrirme con las manos.

Pero no lo hice, pues, sin que me lo dijera; pues yo ya lo supuse que no podía cubrirme con las manos, por lo que me puse las manos en la espalda.

Al estar en frente de ella en esa posición forzada, pienso que se dio cuenta de que estaba luchando por no cubrirme y estar lo más relajada posible. Solo se limitó a tomar mi ropa y con una sonrisa, me quitó la correa y me dijo que era una buena chica...

Una vez que estaba sola en el baño, respiré y me intenté relajar, pero no pude sacarme lo último que me dijo la señora, lo cual me hizo sentir raramente excitada y feliz de obedecer.

Pero en fin, me estire y lo tome como un respiro de todo lo que ha pasado en este día, el cual me parece infinito.

Mientras decía —¡Ha que cansancio!... Y me estiraba al máximo. Sentí algo raro por lo que me toqué el cuello.

Por lo que me di cuenta de que aún no me habían quitado el collar... Por lo que fui al espejo para ver si podía quitármelo, pero rápidamente me di cuenta de que eso sería imposible, pues no solo estaba ajustado a mi cuello sino que tenía el candado.

Después de un rato en el que estuve debatiendo el que hacer, me decidí a ir a buscar a los señores para que me lo quitaran.

Por lo que, tomé una toalla y salí a la cocina donde vi que el señor estaba terminando de recoger la cocina.

the maid's notebook (el cuaderno de la criada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora