CON MUCHO AMOR (Terminada)

Capítulo segundo

Cuando unas horas más tarde Jungkook, detiene su furgoneta frente al local, su corazón se acelera inquieto.
Para unos ojos inexpertos, el hecho de que la persiana no esté levantada, tal vez no sea nada anormal, pero para él que conoce bien las costumbres y el modo de trabajar de su socio y amante, es un claro indicativo, de que algo no marcha bien.
Tras descender rápidamente del vehículo, Jungkook se aproxima a la persiana para observar a través de las pequeñas rendijas, que las luces del local están encendidas, sin embargo el tamaño de los agujeros, no le permiten ver nada más.
—¿Jimin?—exclama, intentando no elevar demasiado la voz—¿Estás bien?,¿Porqué la persiana aún está bajada?,¿Qué ha ocurrido?.
Acompañando sus voces, Jungkook tira con sus manos de la puerta metálica, para comprobar con frustración, que realmente está cerrada.
La angustia de Jungkook se acrecienta aún más, cuando percibe unos extraños ruidos en su interior.
—¡Jimin amor contesta!,¿Todo va bien?,¡Soy yo Jungkook, abre por favor!.
En estado de pánico y con el corazón a punto de saltarle del pecho, a Jungkook le parece escuchar voces exaltadas en el interior.
—¡Jimin abre la puerta, si estás en peligro no puedo ayudarte!
En ese momento, Jungkook es consciente de que si sabe cómo puede hacerlo y a grandes zancadas, se dirige a la parte trasera del local.
A un lado de la fachada, una pequeña puerta de madera separa la calle del interior, justo donde se halla el obrador.Frente a la puerta y a punto del colapso, Jungkook rebusca en sus bolsillos, hasta que da con un par de pequeñas llaves, seguidamente con mano temblorosa consigue insertar una en la cerradura y abre.
—¿Jimin?.
El obrador es un auténtico caos, hay montones de harina sobre las mesas y varias bandejas amontonadas con barras de pan, cruasanes y brioches listos para hornear.El  horno está encendido y en su interior, algo se está quemando y un humo negro y espeso llena toda la estancia, sin embargo, Jimin no se encuentra allí.
—¿Jimin?.
Cubriéndose la boca con un trapo, Jungkook apaga el horno y se apresura a encender el extractor y abrir una pequeña ventana.
—¿Jimin amor, dónde estás?.
Jungkook, empuja la puerta batiente para entrar en la tienda y tras
disiparse el humo, es testigo de una escena dantesca que nunca será capaz de olvidar.
Tirado en el pavimento entre los aparadores y las mesas, hay el cuerpo de una mujer mayor, a su alrededor y en medio de un extenso charco de color rojo oscuro, una docena de barras de pan recién horneadas y en una esquina, con la mirada perdida y entre balbuceos incoherentes, está Jimin en estado de shock intentando eliminar toda la sangre del suelo, de las paredes, de sus manos y de su ropa, con un trapo.
—¡Blancas!,¡Blancas!,¡Las quería blancas!.
Horrorizado, Jungkook se arrodilla a su lado.
—¿Jimin, estás bien, estás herido?—inquiere, tomando las ensangrentadas manos de su amado entre las suyas—¿Quién es esta mujer, que ha ocurrido?.
Pero la mirada de Jimin sigue perdida y liberandose del agarre de Jungkook, prosigue con su repugnante tarea.
—¡Las quería blancas!,¡Mira, ahora todo está sucio, sucio!,¡Voy a tener que limpiarlo todo y volver a empezar!.
Las palabras y la actitud de Jimin, no tienen ningún sentido para Jungkook, sin embargo su cerebro frío, busca rápidamente una respuesta.
—Es evidente que está muerta—afirma, tras tocar suavemente el cuello de la mujer con la punta de sus dedos—y por la sangre que veo aquí en esta esquina del aparador, ha sido un accidente.
—¡Ella, ella las quería blancas!—repite Jimin, frotando frenéticamente el suelo con el trapo—¡Y yo, le mostré blancas y ella me gritaba;¡No estás no, más blancas!,¡Y le traje más y hornee más y para ella, no eran lo suficientemente blancas!.Y entonces…pasó.
Tras estas palabras, Jimin comienza a recoger las barras ensangrentadas y una por una, las coloca con delicadeza sobre una gran y pesada bandeja metálica que descansa en el suelo, junto a la cabeza de la mujer.
—¿Amor, qué pasó?,¿fue un accidente verdad?, ¿Se resbaló y se golpeó en el aparador…fué eso lo que ocurrió?.
Entonces la voz de Jimin, se convierte en un susurro inteligible, mientras sus manos manchadas, siguen apilando las barras de pan.
—¿Qué?.
De repente, se pone en pié y con la bandeja llena de pan ensangrentado entre sus manos, se dirige al obrador.
—¡Sabes, que no me gusta tratar con los clientes, me ponen muy nervioso!.¡Con sus quejas, sus órdenes y sus exigencias!,¡Te pedí que no llegaras tarde!.
Con el corazón a punto de explotar, Jungkook entra empujando la puerta batiente tras él.
—¿Qué fué lo que pasó, Jimin?.
—Entré en la tienda, puse todo en marcha y después estuve aquí en el obrador—balbucea, mientras toquetea todo con sus manos manchadas de sangre— ¡Mira cuánto trabajo tengo, aún no he terminado de hornear los cruasanes ni los brioches!, ¡Y ha entrado ella, quería una barra de pan, una barra de pan blanca y perfecta!.
Y al tiempo que pronuncia estas palabras, toma la pesada bandeja  con ambas manos, para después ejecutar un violento giro como si golpeara algo invisible, esparciendo todo el pan por el suelo del obrador.

Continuará…