Capítulo sexto

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Tumbado en la cama, Jungkook no puede conciliar el sueño y se agita intranquilo mientras a su lado Jimin profundamente dormido, ronca suavemente.
En cuanto por fin consigue abandonarse y cerrar los ojos, se ve a sí mismo recorriendo el obrador de la tienda como si fuera un largo pasillo interminable y por alguna razón desconocida, abriendo y cerrando armarios y cajones.
De repente y sin saber cómo, se encuentra dentro de la cámara congeladora entre botes y recipientes, cuando un ruido a su espalda le sobresalta.
Al escuchar el sonido, sus ojos saltan de un estante a otro, para comprobar que la mujer congelada…ha desaparecido.
Aterrado, sale corriendo de la cámara, sin embargo al entrar en el obrador, se encuentra con Jimin, quién dándole la espalda, manipula alguna cosa en la mesa.
—¿Jimin?—susurra aproximándose a él—¿Qué haces?,¿No estabas durmiendo?.
Al ver que su amado no responde, Jungkook se inclina para ver en qué está ocupado.
Al principio, no puede ver gran cosa, puesto que luz no está encendida y sus ojos en la penumbra, solo pueden distinguir el brillo de un cuchillo moviéndose veloz.
—¿Amor?—repite Jungkook, posando su mano sobre el hombro de Jimin—¿Qué estás haciendo?.
De repente, la cabeza de Jimin se vuelve, pero no es la cara de su amado la que Jungkook tiene ante él, si no el pálido rostro de la vieja muerta, quien con el cabello cubierto de pequeños carámbanos de hielo y los ojos completamente blancos, blande un enorme cuchillo, con el que se ha cortado su propia mano reduciéndola a una papilla sanguinolenta.
—¿QUIERES MÁS?,¡Puedo cortarme la otra mano y un pie, para que también puedas darle un sabor exquisito a tus barras de pan!,¡A tus clientas les gusta y vendrán a por más!.
Jungkook aterrado, da un paso atrás al tiempo que protege su rostro del amenazador cuchillo, cuando topa con algo.
—¿Jungkookie, estás bien?,¿Qué estás haciendo?.
Es Jimin quien está tras él y ya no se encuentran en la panadería, sino en el pasillo de su apartamento.
—Y-yo…—balbucea Jungkook aturdido—no…sé…
—Habrá sido una pesadilla—susurra Jimin sujetándolo por los hombros, para conducirlo al dormitorio—volvamos a la cama.
Obediente, Jungkook se deja llevar, sumida su mente en una espesa niebla, que apenas le permite moverse y menos pensar con claridad.
—Vamos Jungkookie no pasa nada, vuelve a dormirte.
Obediente, Jungkook se tumba en su lado de la cama y cierra los ojos.
Minutos más tarde Jimin se incorpora, roza el rostro de su amado para comprobar que nuevamente se ha dormido y sigilosamente se dirige a la cocina.
Una vez allí, recoge con cuidado el enorme cuchillo manchado de sangre, para limpiarlo con un estropajo con agua y de igual modo, limpia cuidadosamente la superficie de la mesa.
Seguidamente comprueba que todo está en su sitio y con una sonrisa complacida, regresa al dormitorio.

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Al día siguiente por la tarde, después de haber atendido a una multitud deseosa de adquirir sus exquisitos productos, Jungkook entra en el obrador, donde Jimin está limpiando con un paño.
—Un día más—suspira Jungkook brincando hasta quedar sentado sobre la mesa—¡Estoy agotado de combatir con las clientas!.
Jimin sonríe.
—¿Combatir?.
—¡Si!—exclama jovial—¡Es increíble cómo llegan tus productos a gustarles y como casi se pegan por ellos!.
Al escuchar su tono de voz, Jimin abandona el paño para volverse hacia él.
—¿Soy yo o te veo más animado?—inquiere —¿Ya no estás en desacuerdo con mis métodos y soluciones?.
En la cara de Jungkook, aparece una mueca de disgusto.
—Jamás aprobaré tus métodos, pero no puedo negar que de alguna forma que no alcanzo a comprender, adoran tus productos…sin embargo, me preocupa la mujer…¿Cómo es, que nadie ha preguntado por ella?, ¿Nadie la echa de menos?,¿No tiene familiares o amigos?,¡Hace un mes que ocurrió y no podemos tenerla para siempre, en nuestro congelador!.
Al escuchar sus palabras, Jimin se aproxima a Jungkook para separar sus rodillas con delicadeza y después rodear su cintura, con sus fuertes brazos.
—No deberías inquietarte más por ella—susurra junto al cuello de su amado—era una mujer horrible, sin embargo gracias a ella, nuestro negocio prospera…y pronto, ya no quedará nada por lo que preocuparse…
El corazón de Jungkook da un vuelco y dando a Jimin un empujón, se aparta de su abrazo.
—¿QUÉ QUIERES DECIR CON ESO?.
—¿Qué?.
—¡No te hagas el loco Jimin!—exclama Jungkook agitando los brazos—¿Qué has querido decir, con que no quedará nada?,¡Me prometiste, que no volverías a “usar” más partes de la vieja!.
—¿Te prometí eso?,¡No lo recuerdo!—exclama Jimin con una sonrisa, mientras sale del obrador deshaciéndose de su delantal—¡Debió de ser, después de beber una botella de soju!.
Horrorizado, Jungkook sale tras él.
De repente, todas las piezas encajan, Jimin en la cocina con el enorme cuchillo manchado de sangre en sus manos, reduciendo la otra mano de la mujer, a una papilla sanguinolenta.
—¡No fué una pesadilla!.

Continuará…


CON MUCHO AMOR (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora