• Quédate Conmigo •// Benjcot Blackwood

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Nunca fui una hábil guerrera, incluso cuando había perdido todo ; mi madre, mi dragón por derecho y mi prometido Lucerys, todo se me arrebató sin siquiera darme la oportunidad de luchar, sin embargo ahora estaba a nada de perder mi vida y lo único que podía hacer era correr aún cuando mi cuerpo me pedía a gritos que parara.

—¡ahí está !

—¡atrápala!

Baela no correría, no, ella les enfrentaría pero yo no era así, yo era débil. No avancé mucho cuando fui lanzada al suelo en un duro golpe que me dejó mareada y desorientada, dos hombres de armadura plateada y estandarte verde me rodearon.

—Pero mira nomas , ¿no es acaso una de las hijas del príncipe canalla ?

—deberíamos cortar su cabeza y ponerla en una pica

—espera —le detuvo con una sonrisa maliciosa—podemos divertirnos antes.

El hombre comenzó a desabrochar su pantalón y esa fue la señal para intentar huir, sin embargo su compañero me tomó del cabello y me estampó contra el suelo.

—¡no !—grité aterrada —¡suéltenme!

—lo vas a disfrutar —se burló el hombre frente a mi.

Me tomó de los muslos y los separó con violencia colocándose entre ellos, mis lágrimas comenzaron a caer y preferí cerrar los ojos, entonces escuché un quejido.

Mi boca se abrió sorprendida, una espada le atravesaba el pecho, el hombre me miró antes de escupir sangre sobre mi cuello cayendo a un lado de mi en un sordo golpe. El hombre que me sostenía me soltó y desenfundó su espada , solo entonces pude ver quién estaba detrás de la muerte del hombre.

Tenía sus cabellos castaños despeinados y una sonrisa maniática, era joven y desgarbado en comparación a los soldados pero no parecía tener temor , todo lo contrario, parecía excitado por la pelea.

—¡vas a morir!—le amenazó el guardia.

La única respuesta que dio el extraño fue una sonrisa mientras pasaba la lengua por sus labios en un extraño gesto de burla y desafío.

Todo sucedió muy rápido, terminó al soldado verde en minutos y sin un gran esfuerzo, sorprendida Solorio consiente que el castaño caminaba a mi dirección con su rostro estaba lleno de sangre adornado con la misma sonrisa y los ojos sobre mí, luciendo como un psicópata, pero ¿quién puede estar en medio del bosque matando soldados sino un loco psicótico peligros ?

—no buscaba una mujer tan pronto—se detuvo frente a mí y acercó su rostro al mío —pero viendo lo linda que eres creo que me quedaré contigo.

La angustia creció en mi pecho, ¿quedarse conmigo? Definitivamente esta demente, sin pensarlo tome la pierda que estaba junto a mi y lo golpeé en la cabeza haciéndolo tambalear.

—¡no, gracias! —grité corriendo por mi vida sin mirar atrás.

Las ramas y el suelo lleno de baches hicieron prácticamente imposible ser veloz pero logré dejar de escucharlo tras de mí. Me detuve desorientada cuando ya no podía verle o escucharle, quizás lo había perdido o mejor digo yo me había perdido ¿cómo encontraría el camino regreso a donde estaba mi carruaje ? Por los siete, necesitaba regresar por los huevos.

—no te distraigas pequeña —unos brazos me sostuvieron.

Aterrorizada grite moviéndome con brusquedad de sus brazos en un inútil intento de que me soltara pero me estampó contra un árbol presionando su cuerpo contra el mío.