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La ligera, pero alegre música llegaba desde los parlantes de la computadora de Félix para retumbar en toda la oficina en la que él estaba. Se encontraba sentado en su silla giratoria mientras comía esas papas en bolsa que seguro tenían más grasas que papas, aunque le daba igual porque eran deliciosas.

— ¡Félix! — ese alfa sentado del otro lado de la habitación de repente parecía sorprendido. — ¡Ya son las cuatro de la tarde, y no hemos hecho nada de nuestro trabajo!

— ¡Da igual! — estaba demasiado feliz, holgazaneando como para preocuparse por ello. — Déjame disfrutar al menos un poco, esta semana me has hecho trabajar como un maldito burro. — era raro, pero la relación que llevaba con su jefe era muy amistosa.

— ¡Eso tiene una razón!

—… ¿Razón? — cualquiera que fuera esa razón no le iba a convencer, que lo hayan hecho trabajar 16 horas seguidas en un día sería algo que nunca perdonaría.

— El director Yoon me mandó una carta. ¡Nos van a ascender! — dijo con suma emoción, ya que esa era su meta ya hace mucho tiempo. — Voy a ser el jefe de toda la sección de administración y claro, tú vas a ser mi asistente. — eso sonaba increíble, en pocos segundos ya estaba pensando en todo en lo que se gastaría su nuevo dinero.

— ¡Eso es demasiado increíble! Ya siento todos esos billetes en mis manos.

— Ni los menciones… es sueldo anual es más del doble. — sentía que estaba viviendo un sueño, por fin.

— ¡Fuah! Con todo ese dinero podré comprarle muchas cosas a Nari. — claro, ella siempre era prioridad para ese omega.

— ¿Nari?

— ¡Nari, mi gata! ¡¿Cómo lo pudiste olvidar?! ¡Siempre te hablo de ella, incluso tengo una foto de ella en mi escritorio! — señaló con obviedad al marco posado sobre esa mesa donde una foto de una gata blanca con manchas naranjas y negras posando como si fuera una modelo.

— Bueno, da igual. Gasta tu dinero como se te dé la gana. Pero ahora tenemos que darle una buena impresión al director para que no cambie de opinión sobre nosotros. — ese hombre tenía una fama de ser muy poco temperamental, así que todos preferían mantenerse alejados de él y los problemas que podía causar. — ¿Sabes qué? Mandaré a alguien más a hacer los informes, ya puedes irte a casa. Pero ojo, mañana llega temprano porque van a hacer el cambio de jefe, y necesito que estés ahí.

— Sí, sí, sí. Voy a llegar temprano.

— Lee Félix. — amenazó sabiendo que ese omega era de buen ojo para dormir y que si pudiera llegaría tarde hasta a su funeral.

— Bien, Jaehyun. Te juro que pondré un despertador antes de las seis. Te juro por Nari que llegaré pronto. — jurar algo por esa gata era prácticamente algo de suma importancia.

— Más te vale, tu cuello estará agradecido más tarde. — dijo el alfa en tono de broma antes de dejar solo a Félix en la oficina con la felicidad de esa increíble noticia.

(...)

El camino a casa era algo tranquilo, tenía que ir caminando porque no tenía auto. Ese departamento que rentaba en el centro de Seúl por más pequeño que fuera costaba una fortuna al mes y por ahora no se lo podía permitir, tal vez con su nuevo salario podrá pensar en tener un pequeño auto. Así con esos pensamientos alegres y algo precipitados fue como logró que el camino a casa sea mucho más corto.

Efectivamente, ese departamento era pequeño, desde la entrada se podía ver la cama que estaba en el espacio principal compartiendo con una televisión y una sala abierta. Las únicas habitaciones separadas eran la pequeña cocina y el baño. De ese último lugar era de donde había salido su fiel compañera de vida. La gata no sé sorprendió ni siquiera un poco en ir al ver a su dueño, que la cuido desde que nació, una vez más.

Strings [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora