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Al parecer se estaba tardando demasiado, porque en un punto el mayor se le acercó y empezó a hacerlo él mismo, a lo que Félix cedió totalmente, excepto en el momento donde lo habían despojado de todo y su blanquecino cuerpo quedó expuesto en esa habitación forrada en un hermoso mármol negro.

Lee cubrió su estómago con ambas manos al sentir esa mirada penetrante sobre su torso, por inercia sus mejillas comenzaban a enrojecer a la vez que se alejaba un poco.

— ¡No me mires tanto!

Oh, ahora Hyunjin se reveló, al contrario, se acercó aún más para tener la mayor cercanía posible.

— ¿Cómo podría? Eres la persona más perfecta que he podido ver alguna vez, mereces que todo el mundo te vea y admire, pero soy demasiado egoísta como para compartirte con alguien más. — murmuró cerca de sus labios sintiendo las palabras salir de esos pomposos labios.

Y era irresistible.

— No… Mi cuerpo ha cambiado mucho.

— Te ves tan hermoso, tu cuerpo ha cambiado porque nos diste el regalo más significativo del mundo. No podrías ser más hermoso de lo que eres hoy, Félix. — además de su abdomen y esa cicatriz, sus caderas se ensancharon un poco y su pecho creció a su vez.

Hyunjin unió sus labios, con tan solo unos segundos sintió los nervios movimientos de Félix, como si hubiera vuelto a ser un inexperto, como si el embarazo le hubiera quitado toda la seguridad sobre sí mismo.

Y Hyunjin se encargaría de eso, claro que lo haría, porque esa persona que tenía frente suyo era la más importante en su vida.

Siguió besando, algunos besos lentos y tardamos y algunos que duraban pocos segundos. Hizo una línea de besos desde sus labios hasta su cuello donde estaba esa linda marca que a pesar del tiempo sin ser renovada seguía reluciendo con belleza.

Los chupones se hicieron presentes haciendo que Félix empezará a jadear por lo bajo, pero cuando Hyunjin tocó levemente su pecho supo que era lo que quería.

— No… Yo aún no estoy listo, lo siento Hyunjinnie. — todo su cuerpo dolía de tan solo moverse, no quería imaginarse como se sentiría después de hacerlo. Además, sus ánimos estaban bastante bajos.

— No te preocupes, vinimos aquí para tomar un baño, yo fui el que se sobrepasó. — contestó con una sonrisa volviendo el ambiente más ameno y sacando la incomodidad de la habitación. 

Tomó a Félix de las piernas y lo cargó para dejarlo dentro de la tina sentada en sus piernas. Estaba algo tenso así que tuvo que salirse, ahí escogió uno de los aceites esenciales que compro hace mucho tiempo esperando por un momento como ese.

Tiró un poco en la bañera mientras la mirada de Félix permanecía pegada a sus habilidosas manos, con las mismas que de una forma dramática abrió la botella de champaña una de las que compró para Félix desde que volvieron a Seúl con la promesa de que un día en el que tuvieran la oportunidad iban a tomar hasta que sus intestinos no pudieran soportar más alcohol, ese no era el día, pero un poco de champaña no le hacía daño a nadie.

Sirvió una cantidad apropiada en una larga copa de boca 🏳️‍🌈😭🫂🙏 pequeña y se la entregó a Félix para después el servirse un poco y dejar la botella cerca para que cuando se volviera a meter a la tina pudieran volver a tomar una y otra vez sin dificultad.

Finalmente, apagó la lámpara dejando que las luces propias de la tina formarán un ambiente relajante y cómodo para ambos. Ya sentado en el mismo lugar de antes, abrazó la espalda del omega para que se pasara sobre su pecho sin pena alguna.

Strings [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora