Durante los días siguientes, Penelope se sumergió en sus pensamientos, reflexionando sobre sus sentimientos y las palabras de ambos hermanos. La presión de tomar una decisión pesaba sobre ella, pero decidió que la mejor forma de avanzar era hablar abiertamente con Colin y Benedict. Necesitaba claridad y sinceridad para entender lo que realmente deseaba su corazón.
Una tarde, mientras se preparaba para visitar a los Bridgerton, Penelope recibió una nota de Colin, invitándola a dar un paseo por el parque. Con el corazón acelerado y la determinación de enfrentar sus emociones, aceptó la invitación.
Al llegar al parque, vio a Colin esperándola cerca del lago. Él la saludó con una sonrisa que mezclaba nerviosismo y esperanza.
—Gracias por venir, Penelope. —dijo Colin, ofreciéndole su brazo.
—Gracias por invitarme, Colin. —respondió ella, aceptando su brazo mientras comenzaban a caminar.
Caminaron en silencio durante un rato, disfrutando del paisaje y la tranquilidad del parque. Finalmente, Colin rompió el silencio.
—Penelope, he estado pensando mucho en lo que te dije la otra noche. Sé que mis palabras pueden haber sido una sorpresa, pero quería que supieras que son sinceras. —se detuvo y la miró a los ojos. —Durante mis viajes, me di cuenta de lo que realmente importa en la vida, y tú siempre has estado en mi mente. No puedo cambiar el pasado, pero quiero un futuro contigo.
Penelope sintió una oleada de emociones. La sinceridad en los ojos de Colin era innegable, pero también lo era la confusión que sentía.
—Colin, tus palabras significan mucho para mí. —dijo, tratando de mantener la calma. —Pero también debo ser honesta contigo. En tu ausencia, Benedict ha sido una gran compañía para mí. Hemos desarrollado una conexión que no esperaba.
Colin asintió, su expresión mostrando comprensión y un toque de tristeza.
—Entiendo, Penelope. No quiero que sientas que debes elegir apresuradamente. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, y que mis sentimientos son reales.
Penelope sonrió débilmente, agradecida por su honestidad. Decidió que era el momento de hablar también con Benedict. Al día siguiente, lo invitó a pasear por los jardines de su casa, donde podrían hablar en privado.
Cuando Benedict llegó, su sonrisa cálida y su comportamiento relajado hicieron que Penelope se sintiera más a gusto.
—Gracias por venir, Benedict. —dijo, conduciéndolo hacia un rincón tranquilo del jardín.
—Siempre es un placer, Penelope. —respondió él, observando su rostro con atención. —¿Cómo te sientes?
Penelope tomó una respiración profunda y le explicó lo que había hablado con Colin. Benedict escuchó en silencio, asintiendo de vez en cuando.
—Benedict, tus sentimientos son importantes para mí, y tu comprensión significa mucho. —dijo ella finalmente. —No quiero lastimarte a ti ni a Colin. Estoy tratando de entender lo que mi corazón realmente desea.
Benedict la miró con ternura y tomó sus manos.
—Penelope, sé que esto es difícil para ti. No hay prisa. Tómate el tiempo que necesites para encontrar tus respuestas. Lo único que deseo es que seas feliz, sea cual sea tu decisión.
Penelope sintió una ola de gratitud y alivio. Con la comprensión y el apoyo de ambos hermanos, sabía que podía tomarse el tiempo necesario para encontrar claridad.
Con el corazón aún dividido, Penelope se despidió de Benedict, sabiendo que el camino hacia su verdadera felicidad requeriría paciencia y honestidad consigo misma. Mientras regresaba a su casa, sintió una nueva esperanza crecer en su interior. La respuesta aún no era clara, pero tenía la certeza de que, con el tiempo, su corazón encontraría el camino correcto.
Continúa en el siguiente capítulo...
