El proceso de reconciliación fue lento y lleno de altibajos, pero poco a poco, Penelope y Benedict comenzaron a reconstruir la confianza y el amor que habían compartido. Los días se llenaron de pequeños gestos de cariño, conversaciones honestas y un compromiso renovado de ambos lados para superar el desliz.
Una tarde, mientras paseaban por el jardín de la residencia Bridgerton, Benedict se detuvo junto a un banco y se sentó, invitando a Penelope a unirse a él.
—Penelope, he estado pensando mucho en nosotros y en nuestro futuro. —comenzó, tomando su mano con suavidad. —A pesar de todo lo que ha pasado, mi amor por ti no ha cambiado. Quiero que sigamos adelante, juntos, y construir la vida que soñamos.
Penelope sintió una oleada de alivio y felicidad al escuchar esas palabras. Sabía que aún quedaba camino por recorrer, pero también sabía que estaban en la dirección correcta.
—Benedict, gracias por darme esta oportunidad. Prometo que haré todo lo posible para que seamos felices. —respondió ella, con lágrimas de gratitud en los ojos.
El tiempo pasó, y la relación de Penelope y Benedict se fortaleció. Ambos aprendieron a comunicarse mejor, a ser más pacientes y a apoyarse mutuamente. La herida del desliz comenzó a sanar, y con cada día que pasaba, su amor se profundizaba.
Un día, mientras estaban en el salón de la casa de los Bridgerton, Colin llegó de visita. Había estado ausente durante un tiempo, dando espacio a la pareja para sanar. Al verlo, Penelope sintió una mezcla de aprecio y nerviosismo.
—Colin, es bueno verte. —dijo Benedict, abrazando a su hermano.
—Es bueno estar de vuelta. —respondió Colin, sonriendo. —He venido porque creo que es hora de hablar y aclarar las cosas entre nosotros.
Penelope y Benedict asintieron, sabiendo que era necesario.
—Penelope, Benedict, quiero pedir disculpas nuevamente por lo que pasó. He reflexionado mucho y me doy cuenta de que lo que hice estuvo mal. Solo quiero que sepan que los apoyo y deseo lo mejor para ustedes. —dijo Colin, con sinceridad.
Penelope se levantó y abrazó a Colin.
—Gracias, Colin. Tu disculpa significa mucho para nosotros. Todos cometemos errores, y lo importante es aprender de ellos y seguir adelante.
Benedict también abrazó a su hermano, sintiendo que un peso se levantaba de sus hombros.
—Hemos pasado por mucho, pero somos familia. Lo importante es que nos apoyemos mutuamente. —dijo Benedict.
Con el tiempo, la relación entre los tres se normalizó, y la tensión que había existido se desvaneció. Penelope y Benedict continuaron construyendo su vida juntos, rodeados del amor y apoyo de su familia y amigos.
Meses después, en una reunión familiar en la residencia Bridgerton, Benedict tomó la mano de Penelope y la llevó al centro del salón.
—Familia, amigos, tengo un anuncio que hacer. —dijo Benedict, con una sonrisa radiante. —Penelope y yo estamos esperando nuestro primer hijo.
La sala estalló en aplausos y felicitaciones. Penelope sintió una ola de felicidad y gratitud al ver las caras sonrientes de sus seres queridos. Sabía que el camino había sido difícil, pero también sabía que había valido la pena.
Con un nuevo capítulo en sus vidas comenzando, Penelope y Benedict se sintieron más unidos que nunca. Habían superado pruebas y desafíos, y ahora estaban listos para enfrentar el futuro con esperanza y amor.
Continúa en el siguiente capítulo...
