Ella Estaba Pará Mi

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Valentina miraba por la ventana del café de gatos, absorta en sus pensamientos. Lo que hizo sentir a riley como si algo estuviera mal, valentina de repente había dejado de hablar y se encontraba reflexionando sentada frente a ella, jugando con un mechón de su cabello. Aunque disfrutaba de cada momento con Riley, había una sombra persistente en su corazón esa tarde.

En algún punto la morena regresó a la realidad para encontrarse con esos ojos soñadores, mirándola con ligera preocupación.

Val le dedicó una sonrisa, pero su mente volvió a divagar hacia su propia vida. La relación con sus padres nunca fue tan cercana como la que Riley tenía con los suyos. Se acordó de los primeros días en el hielo, de cómo su abuela había sido la única que la había apoyado desde el principio. Palabras de aliento, le ayudo a conseguir ser aceptada en su primer equipo durante su infancia, compro su primer uniforme. Sus padres, ocupados con sus propios problemas, apenas le daban atención de manera económica.

-Riley- llamo la chica con voz suave, -¿como es tu relación con tus padres?-

Riley frunció el ceño, pensativa. -¿esto es una especie de prueba? ¿Quieres tratar de saber como trato a mis padres para saber que clase de personaje soy? - respondió con otra pregunta, tratando de hacer que fuera una broma.

Val sonrió, sintiendo un nudo en la garganta. Riley la había cambiado profundamente desde que se conocieron. La adolescente siempre había sido conocida por su amabilidad, nadie sabía realmente que clase de persona era ella, alguien que se sentía tan lejos de la realidad, pero Riley había llegado a ser su apoyo emocional, su amiga más cercana. Y ahora, enfrentaba la idea de declararse.

El ambiente en el café se volvió más silencioso mientras ambas chicas terminaban sus bebidas. Riley notó la mirada pensativa de Valentina y preguntó con preocupación -¿estás bien, Val?-

Val miró a Riley, luchando por mantener la compostura. -Sí, solo estoy pensando en algunas cosas últimamente- Decidió no mencionar el hecho de que su abuela a estado enferma desde hace unos meses, débil, solo acompañada de la presencia de constante de su nieta. Y aún así, su abuela seguía tomando su mano y preguntando como le ha ido en sus entrenamientos, si a hecho un nuevo amigo.

Después de despedirse con abrazos y sonrisas, Val caminó sola hacia el hospital. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo de tonos cálidos. Se detuvo frente a la puerta del consultorio, respirando profundamente antes de entrar.

Para encontrarse con una cama vacía.

Dentro, el silencio la envolvió. Su mente se nubló, sus ojos comenzaban a sentirse pesados por las lágrimas, quien la había criado con amor y apoyo incondicional. Una sensación de pérdida inexplicable se apoderó de ella.

Los días siguientes transcurrieron lentos, como si lo demás no importara. Val continuó con sus prácticas de hockey y sus estudios, pero su mente siempre volvía a esa loche, incluso llego a culpar a su amor por riley, si no hubieran quedado ese día, quizás se pudo haber despedido.

Una tarde, recibió una llamada que hizo que su corazón se detuviera por un momento. Era Riley, visiblemente preocupada porque no había sabido de Valentina en unos días. Tratando de informarse de su situación, no había molestia en su voz, incluso detectó algo de culpa en su tono nervioso. Val suspiro, contó en su mente hasta sentirse preparada, le explicó la situación, sintiendo cómo la preocupación de Riley la envolvía con una calidez reconfortante.

-Lo lamento mucho, Val- dijo Riley con voz temblorosa -Estaré aquí para ti, pase lo que pase-

Val asintió secando algunas lágrimas de su rostro -podrías venir a verme ahora? Necesito estar con alguien-la chica estaría ahí en 10 minutos, la morena estaba agradecida por tener a Riley a su lado en ese momento. Aunque la vida le había enseñado a ser fuerte y constante, Riley había llegado para demostrarle que no estaba sola en su camino, y que podía tomarse descansos, ambas se recordaban mutuamente qué eran suficiente.

Esa noche, mientras observaba las estrellas desde la ventana de su habitación, acostada sobre el abdomen de su novia, quien ya había cerrado los ojos, Valentina se prometió a sí misma que enfrentaría cualquier desafío que el destino le presentara, sabiendo que tenía a Riley y a los recuerdos de su abuela para guiarla.

𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐦𝐞, 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧 𝐝𝐞 нιєℓσ (riley X Valentina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora