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-- Bienvenido -- Ray simplemente sonrió a su hermano en señal de saludo. Ya estaba preparando la mesa y, por primera vez, no experimentaba el miedo habitual al volver. No tenía nada que esconder: ni ropa sucia ni marcas de golpes recientes. Solo estaba allí, con una sonrisa de orgullo, por haber vuelto realmente con su mochila. -- Qué alivio, la encontraste.

-- Sí, unos niños escondieron varias mochilas y confundieron la mía con la de uno de sus amigos -- su hermano se rió mientras dejaba su plato en la mesa -- pero deberías haber visto sus caras, estaban realmente avergonzados.

--Bueno... Me alegra verte contento, pero ese nuevo peinado y la ropa no me convencen del todo; prefería tu estilo antes de que te mudaras, te sentaba mejor-- esas palabras hicieron vacilar la sonrisa del omega.

--Estoy mas cómodo así, de verdad

--Sabes que si me lo pides te ayudare en todo ¿verdad? Incluso si me tengo que mudar...

--Estoy bien, Liam -- el castaño intento hacer contacto visual, pero su hermano menor mantenía su mirada fija en el plato aun intacto -- no tienes que preocuparte por mi.

[...]

Mai había vuelto a faltar; con este, ya eran tres días sin verla, tampoco a Lia y, extrañamente, tampoco a Johan. Y aunque eso alegraba sus días, la idea de que le cobraran ese tiempo de espera en su primer encuentro lo ponía nervioso.

--¡Fíjate por dónde vas, inútil!-- Ray se disculpó rápidamente, pero el paso de los amigos del dúo maniaco continuó sin siquiera prestarle atención.

Si así fueran sus días sin ese par, no le molestaría que algo los hiciera desaparecer.

--Se siente bien, ¿verdad?-- Eso hizo que el azabache se detuviera, a pesar de que la pelirroja intentara caminar a su lado --la calma, el sentirte como un estudiante más sin tener que fingir nada, sin estar alerta de todo lo que sucede, simplemente vivir.

--¿Disculpa? -- Pero Emma lo miró, con una sonrisa clara en su rostro.

--Hoy escuché algo interesante en la coordinación -- se colocó frente a él, acercando sus manos gradualmente para intentar tocar su mejilla -- había una profesora que... -- acarició la mejilla del muchacho, delineando suavemente sus labios con la misma mano -- hablaba sobre el chico que le alerto sobre Mai, un chico de rasgos lindo, incluso aseguro que si no fuera por la edad no dudaría en marcarlo, ¿te imaginas? -- dijo dejando escapar una risa burlona 

---No entiendo -- murmuro mientras la pelirroja empezaba a acercarse.

--Que yo creo, que ese omega eres tu -- susurro en su oído -- y quiero comprobarlo -- dio un pequeño soplido en su oreja, solo para ser apartada de un empujón en su pecho.

Ray estaba sonrojado y evidentemente nervioso.

--U-Ustedes no paran de molestarme por mi apariencia, ¿porque de repente...?

--Porque tengo curiosidad, y porque sin ellos aquí, la que tiene el control soy yo, quería dejarte descansar unos días, pero esos idiotas regresan mañana, así que solo estoy cobrando un favor.

--Yo no te pedí ese favor.

--¿Y qué hay de tu mochilita? ¿Tampoco me pagarás por eso? --Ray cerró con fuerza sus manos. Emma nunca había sido el centro de su preocupación; a veces se reía de las cosas que le hacían, pero nunca le había puesto una mano encima. Sin embargo, ahora estaba demostrando ser un problema más grande que sus dos acosadores.

--Te lo pagare de otra forma, no me gusta mi cara, no me gusta que la vean -- Emma rio, volviendo a disminuir la distancia.

-- ¿Y si te pido que golpees a Mai? ¿Lo arias?

--¿Por qué pides esas cosas?-- Ray se giró de espaldas en cuanto lo oyó.

El chico de cabello negro, que lo superaba con facilidad en altura, estaba allí, con una mano metida en el bolsillo y en la otra sostenía un cigarrillo aún sin encender. La presión era tal que Ray no tardó en bajar la mirada al suelo de nuevo.

-- ¿No habían dicho en el grupo que volverían mañana? -- Johan la miró ante el cambio de tema y luego se dirigió a Ray.

-- ¿De qué estaban hablando, gusano?

-- Eso es entre él y...

-- Cierra la maldita boca -- Ray tragó saliva al sentir la mano del mayor sobre su hombro -- si me mientes, lo sabré. ¿Por qué ibas a golpear a Mai?

-- Yo... yo no iba a golpearla, Jo-Joohan. Emma me... me está cobrando un favor -- sus manos se aferraban cada vez más a su ropa.

-- ¿Qué favor?

-- Solo quería molestarlo, eso es todo -- respondió ante el silencio. Emma ya estaba recargada en la pared -- Parecía un cachorro recién adoptado cuando llegó, apenas si bajaba la cabeza unas cuantas veces, así que decidí dejarlo en paz para destrozarlo hoy, pero tú acabas de arruinar mi diversión.

—¿Destrozarlo? —la burla era evidente en su tono— Mejor consigue tu propio juguete, zorra, no me gusta que rompan mis cosas.

--Eso no responde mi primera pregunta, adicto de mierda -- ambos se miraron con evidente enojo -- ¿Que haces aquí?

---Mai es la que está en celo, yo no-- respondió, volviendo su atención al omega —Pero estaba aburrido, siéntete halagado, vengo exclusivamente para jugar contigo-- Ray no respondió.

¿Y si Mai se había dado cuenta aquel día? ¿Y si se lo hubiera dicho a Johan? ¿Qué haría si el alfa intentara propasarse? Quería huir, quería correr, pero el mayor lo mantenía sujeto por la parte trasera de su cuello.

BullysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora