Bullys

6

Habían terminado en el gimnasio solitario, normalmente ese era el lugar preferido del par para saltarse las clases, pero ahora estaba volviéndolo algo diferente. 

-Johan - intento hablar pero el nombrado solo tomó asiento en una de las bancas, y de un estirón, solo lo dejó de rodillas frente a el - ¿Tu hablaste con

- Cierra la boca - ordenó, obligándolo a levantar la mirada -aun no lo entiendo.

Pero Ray no contestó, el miedo sobrepasaba sus gritos internos de que se alejará, de que no lo dejara hacerle nada.

-Mai juro que te cogería cuando regresará - el Omega no pudo hacer más que tensarse ante la caricia en su mejilla - incluso me dijo que quería usarte primero y que después podríamos turnarnos.

Esa caricias se volvió un jalón de cabello que lo hizo inclinar la cabeza hacía atrás, a la par de que su cara quedaba descubierta por completó.

-No creí que hablará enserio, incluso Emma quería aprovecharse de esto - Ray solo mordió su mejilla interna suplicando que su cuerpo no hiciera ninguna estupidez - valla cara te cargas - con su mano libre hizo presión en sus mejillas - tal vez intercambies lugar con Lia, ¿no seria bueno? — finalmente lo soltó, recargándose en la pared —  ¿que hare contigo? Mai se pondrá pesada si empiezo antes que ella... aunque... tal vez pueda usa tu boca.

Estaba indefenso y la salida estaba demasiado lejos como para salir corriendo, seguramente lo atraparía, pero ¿que le quedaba? ¿solo esperar a que le hicieran lo que quisieran? y todo por un descuido estúpido.

—Bien, ya lo decidí  — murmuro sujetando el cabello de azabache y pegando su boca a su entrepierna — si Mai quiere ser la primera en coger tu culo, yo seré el primero en coger tu boca.

El llanto por el terror estaba preso en su garganta, había soporto todo para evitar esta situación, pero al final todo fue inútil.

 —Sácala — Ray se quedo inmóvil, solo pensando una manera de escapar — no me hagas golpearte, porque no pienso repetirlo.

Sus manos temblorosas se acercaron, comenzando a desabrochar el pantalón, tal vez podría golpearlo y aprovechar el dolor para correr, estaría aturdido, pero, ¿y si solo lo hacia enojar más?

Con sus manos bajo un poco aquel bóxer solo para ser golpeado por aquel miembro.

Ray iba a hablar, a pedir que se detuviera, a hacerle saber que el no quería, pero un agarre en su boca lo hizo mantenerla abierta hasta poder meter todo aquello sin mucho aviso.

Sus lágrimas comenzaron a salir y sus manos buscaron alejarse, comenzando a empujar al alfa, pero la mano en su cabello se lo hacía imposible.

Johan marcaba el ritmo tortuoso, pero no quería voltear a verlo, seguramente solo se esperaba ver una de esas sonrisas que mostraba de vez en cuando, o por el contrario, estuviera molesto porque no lo estaba haciendo bien.

—Mierda, esa estúpida cara tuya — murmuro, aquel jalon de cabello impedía que su cara volviera a ser cubierta, y el dirigirle su mirada llorosa, aunque fue por unos segundos, fue suficiente para sentir como su cabeza era forzada a llegar hasta la base y sentir como aquello le llenaba la garganta asta dejarlo libre.

Tuvo que tragar, mucho de aquello ya se encontraba haciéndolo por si solo, aunque aún quedan restos en su boca. Johan le limpio la comisura de los labios y lo hizo tragar, solo para volver a ponerlo frente a aquello.

—Limpiarlo — Ray se sentía humillado, pero sabia que obedecer era la única manera de no volverlo peor, así que tomó la base con ambas manos y comenzó a lamer, seguramente tenía esa mirada atenta sobre el, pero no queria verlo

—Creo que encontré tu vocación — se burló, haciendo presión en el miembro del menor con su pie, mientras disfrutaba de aquella mirada de sufrimiento — Lástima que ahora tenga que esperar hasta mañana, voy a divertirme bastante contigo.

Ray no se resistió mucho cuando Johan lo hizo separarse, simplemente se puso de pie, acomodando su ropa.

—Y, Ray — llamó y Ray no pudo evitar voltear — si te atreves a faltar mañana, iremos a buscarte a tu casa, posiblemente te cojamos frente a tu hermano, así que no hagas ninguna estupidez.

Y, recién aquel azabache se fue, el correr a los cubículos del baño y comenzar a vomitar fue inmediato, estaba asqueado, al punto de volver a provocarse el vómito otra vez, no sabía que hacer y esa situación lo estaba haciendo entrar en pánico, el llanto no tardó en volver y de pronto tenía miedo de salir, de volver a encontrarlo allá.

—¿Porque no has llegado? — eso fue lo que le hizo saber que ya era tarde. Ray solo colgó, acercándose a enjuagar una vez más su boca, y continuó hasta que sintiera que no podría volver a moverla.

Al llegar a su casa solo se fue a su cuarto, lavando sus dientes una vez más, se dio cuanta que debía parar cuando vio la sangre en su cepillo.