Prologo.

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Junho

Eran perfectos. Literalmente perfectos.

Los dos niños yacían en el suelo de la sala de juegos, uno apuntando sus pies hacia el norte y el otro hacia el sur, sus cabezas colocadas una al lado de la otra, lo suficientemente cerca como para que sus cabellos negros se entremezclaran, dándoles la apariencia de una sola unidad.

Junho no había estado buscando dos. Demonios, de hecho, nunca había buscado sujetos nuevos de forma activa, nuevos hijos para su proyecto, pero de alguna manera, ellos lo encontraron. Llegaron a él casi a través de una especie de voluntad divina. Supo al instante que eran suyos. Sus hijos, sus sujetos. Incluso sin saber nada más sobre ellos, tenía en claro que se irían a casa con él.

Parecían tener alrededor de cinco o seis años. A diferencia de cuando había encontrado a sus otros hijos, estos dos parecían sanos, limpios y bien alimentados. Quizás habían perdido a sus padres en un accidente y no había nadie que pudiera hacerse cargo de ellos. Esa parecía ser la única explicación válida para que los padres abandonaran a un par de niños claramente cuidados. Al menos físicamente.

—Gemelos idénticos —dijo Junho, casi sin aliento. Nunca se había atrevido a esperar un regalo como este. Dos niños que partían del mismo óvulo. Dos mitades de un todo. Esto llevaría los experimentos a un nuevo nivel. Y por supuesto, él les daría a los chicos todo lo que necesitasen para triunfar, desde luego.

La mujer a su lado, la Dra. Lee Sunmi, directora del hogar grupal, vigilaba de cerca a los dos niños con los brazos cruzados sobre su amplio pecho. Ellos sabían que estaban siendo observados: no había un espejo falso, ni un vidrio unidireccional. Simplemente estaban parados fuera de la sala de juegos en donde ambos niños yacían desparramados, mirando fijamente hacia el falso sistema solar del techo.

La Dra. Sunmi claramente se preocupaba por este lugar y por estos niños. A diferencia de muchos hogares grupales que Junho había visitado a lo largo de los años, este estaba brillante y limpio, al igual que los chicos. Al entrar, todos los niños con los que se había cruzado parecían estar bien cuidados, incluso felices. Pero a diferencia de los otros niños, la Dra. Sunmi no sonreía mientras miraba a estos dos. Más bien, parecía desconcertada por ellos.

—Gemelos espejo —Le corrigió la Dra. Sunmi—. Cada uno es el reflejo perfecto del otro, hasta en sus marcas de nacimiento.

Los dos no hablaban en voz alta, pero se sonreían y reían a la vez como si uno le hubiera contado un chiste al otro. Aunque no se miraban, parecían perfectamente sincronizados. Si uno movía la pierna izquierda, el otro movía la derecha. Lo mismo ocurría con el movimiento de sus manos.

— ¿Siempre son así?

— ¿Cómo? —preguntó, su tono implicaba que sabía muy bien lo que quería decir, pero que no estaba dispuesta a vociferarlo en voz alta.

— ¿Siempre se comunican de esta manera? Porque eso es lo que están haciendo, ¿Verdad? ¿Comunicándose sin hablar? No es infrecuente en gemelos idénticos. Me imagino que lo debe ser aún más con gemelos espejos.

La Dra. Sunmi lo miró con sorpresa.

— ¿De verdad crees que los gemelos pueden comunicarse telepáticamente?

—Existen estudios —dijo Junho, cuidadoso—. Creo en la ciencia, pero creo que sería arrogante de mi parte declarar que la telepatía es imposible entre niños que crecieron a partir del mismo óvulo fertilizado. Además, mírelos. Claramente se están comunicando, ¿No lo cree?

La Doctora los observó en silencio por un momento o dos antes de asentir con aire un forzado. —Sí, definitivamente se están comunicando.

Entonces quedaba claro. La Dra. Lee Sunmi, esta mujer que amaba su trabajo y se enorgullecía tanto de sus instalaciones, tenía miedo. Parecía una mujer que no se inquietaba fácilmente, pero estos dos niños claramente la asustaban. Interesante.

Insano - Hyunlix #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora