Acto II

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Febrero envolvía Hogwarts en un frío manto de invierno cuando Hermione Gauthier llegó a la entrada del castillo. La nieve crujía bajo sus botas mientras avanzaba con determinación hacia la imponente puerta de roble, cuyos tallados antiguos parecían observarla con solemnidad. A pesar del frío que penetraba en sus huesos, su mente ardía con la determinación de cumplir su misión y alterar el curso del tiempo. Habían pasado tres días desde que Hermione había asegurado formalmente su posición como estudiante de intercambio en Hogwarts, utilizando sellos del Ministerio y documentos oficiales para garantizar su ingreso.

Con paso firme y envuelta en una túnica negra que ondeaba con cada movimiento, Hermione atravesó el Gran Vestíbulo de Hogwarts. Las antorchas doradas proyectaban un resplandor tenue sobre las robustas paredes de piedra, iluminando el escudo familiar bordado en su pecho. El murmullo de los estudiantes y el suave crujir de las túnicas llenaban el aire, creando una atmósfera cargada de expectación y misterio a su alrededor.

Ignorando las miradas furtivas y los susurros que surgían a su paso, Hermione finalmente llegó a la puerta de roble macizo que conducía a la oficina del director. Con una determinación palpable, levantó la mano y tocó la puerta con seguridad.

La puerta se abrió con un ligero crujido, revelando la acogedora oficina de Dumbledore. El director estaba sentado detrás de un antiguo escritorio de roble, rodeado de estantes llenos de tomos encuadernados en cuero y artefactos mágicos. Una esfera de cristal brillaba con luces caleidoscópicas en un rincón, mientras que un mapa mágico en la pared mostraba puntos luminosos que representaban la ubicación de cada estudiante en el castillo. Los rayos de sol de invierno se filtraban a través de las altas ventanas, creando patrones de luz y sombra en el suelo de madera pulida.

"Hermione Gauthier", resonó la voz profunda y serena de Dumbledore, mientras hacía un gesto invitándola a tomar asiento en una silla de respaldo alto tapizada en terciopelo azul oscuro. "Es un placer recibirte oficialmente en Hogwarts. Tu llegada ha suscitado cierto interés y curiosidad entre nuestros colegas y estudiantes. Cuéntame, ¿qué te trae exactamente a nuestra querida escuela en este momento?"

Hermione tomó asiento con elegancia, sus ojos escudriñando discretamente la oficina del director mientras elegía sus palabras con cuidado. Aunque siempre había admirado a Dumbledore, había aprendido a manejar con cautela sus inclinaciones y preferencias, especialmente su vínculo con Gryffindor.

El director Dumbledore comenzó a dirigir a Hermione con una voz serena pero firme. "Estoy aquí para aprovechar al máximo las oportunidades educativas que ofrece Hogwarts. La escuela tiene una reputación insuperable en la enseñanza de la magia, y espero profundizar en mis conocimientos y habilidades durante mi estancia aquí."

Ella percibió la intención detrás de la pregunta de Dumbledore. Sabía que su presencia en Hogwarts, en un momento de incertidumbre política con el ascenso de Voldemort, podía despertar curiosidad y quizás sospechas sobre sus motivos y su linaje. Manteniendo la compostura, miró brevemente un pequeño duende tallado en madera sobre la chimenea antes de responder.

"Directora", continuó Hermione con una sonrisa diplomática que no llegaba a sus ojos, "mi enfoque principal como estudiante de intercambio es absorber el conocimiento y las habilidades que Hogwarts ofrece. Aprecio su preocupación por los asuntos externos, pero considere que mi prioridad debe estar en el desarrollo académico dentro de estas venerables paredes".

Hubo un breve silencio mientras Dumbledore consideraba sus palabras, con un tono amable pero con una curiosidad que traspasaba los límites de lo personal.

"Es fascinante, Hermione, que vengas de una línea tan distinguida como los Gauthier", comentó Dumbledore con cautela, sus ojos azules escrutando a los de Hermione. Notó el color de sus ojos casi dorados, su tez y el tono de su cabello, detalles que resonaban con las características distintivas de los Gauthier. "¿Puedo preguntarte más sobre tu linaje? Sé que en la tradición de tu casa se valora mucho la pureza de sangre y ciertas... tradiciones familiares."

"Entre hilos y arena"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora