DOS GOTAS DE AMOR
CAPÍTULO 4, "MOMENTOS INESPERADOS"
Sin caras, sin sombras
Con sonrisas sinceras que te acompañan
No recuerdes lo que fuiste
Refleja lo que eres, espera y
Piensa lo que quieres ser
El devolver la vista al pasado
Comprende el retroceder de una historia
De una experiencia vivida
Autor: Ivon Mendoza
El ambiente se había puesto bastante tenso y se notaba que los presentes se encontraban muy incómodos, en especial Betty, que al ser pillada in fraganti con su novio dentro de la oficina, en horas laborales y nada más y nada menos que por su jefe, el hombre más frío y cascarrabias de Bogotá, no pudo con la vergüenza e instintivamente se tapó la cara con ambas manos. Daniel en cambio seguía manteniéndola firmemente tomada por la cintura mientras que miraba desafiante a su interlocutor, como queriendo mostrar que el significado era evidente. Armando por su parte los miraba realmente anonadado, sin podérselo creer. ¿Cómo Beatriz, siendo tan inteligente podía relacionarse con un tipo tan ruin como Valencia? – Pensaba mientras no les quitaba la mirada de encima. Sin poder evitarlo casi gritó cuando dijo.
A: ¿y? ¿Qué es este espectáculo en mi oficina?
D: Mendoza no exagere. Además no olvide que yo también soy accionista, así que vaya bajándole al tonito autoritario, que yo no soy uno de sus empleados, ¡ni el monigote que le va a aguantar que lo mangoneen!
Betty lo miró con asombro, ya que nunca lo había escuchado hablar en ese tono. Su novio era de natural tranquilo y pacífico, por eso no podía entender a qué venía aquella forma de reaccionar. Además la había sorprendido el hecho de saber que era accionista de la empresa.... ¡claro! Ahora todo le calzaba.
La hermana de Daniel era la esposa del doctor Armando, por esa razón ellos se conocían y se hablaban con tanto desdén. Entonces la familia de Daniel se llevaba muy bien con la de don Armando y habían creado Ecomoda en conjunto. – Sus reflexiones se vieron interrumpidas cuando Armando contestó.
A: Tu no Valencia, ni más faltaba. Pero aquí la señorita sí, por lo tanto lo mínimo que pido es un poco de respeto y de consideración. ¿Beatriz, acaso no se da cuenta que estamos a menos de media hora para la junta? Y usted ¿qué hace? ¡Nada menos que estarse besuqueando con Valencia en la oficina! ¡el gato sale y los ratones hacen fiesta! ¿No?
Daniel, indignado replicó ante aquella ofensa.
D: ¡La rata serás tú, Armandito! ¡a mí no me ofendas!
Armando no puede evitar emitir una sonrisa sardónica al decirle.
A: ¡Si te sentiste aludido, por algo será!. Pero a lo que íbamos, - Continuó en tono brusco – no quiero volver a ver una escenita como esta en mi oficina, Beatriz ¿entendió? Porque la próxima vez, créame ¡no estaré de tan buen humor y no dudaré en despedirla!
D: ¡Tú no puedes hacer eso! – Saltó Daniel en defensa de Betty, que miraba asustada, casi al borde de las lágrimas.
A: ¡Por su puesto que puedo! ¡yo soy aquí el presidente Danielito, y ni tú, ni nadie puede cuestionar mis decisiones! Además lo que la señorita Pinzón estaba haciendo no era cumplir con sus obligaciones laborales precisamente, así que estaría en todo mi derecho y la ley me abalaría. Ahora, si no es mucho pedir ¿podrías salir ya?
Daniel le miró con odio, y casi escupió las palabras cuando dijo.
D: ¡No cantes victoria Armandito, que tu triunfo no durará para siempre!
A: ¡Largo, Valencia! – Gritó encolerizado.
Daniel le dio un rápido beso a una Beatriz completamente lívida y salió de la estancia, dando un sonoro portazo.
Después de resoplar, mientras apagaba su computadora portátil dijo.
A: ¿qué espera para ir a ordenar las carpetas a la sala de juntas?
B: Yo... Na nada, doctor.
A: ¿Pues entonces? ¿por qué no va?, ¿no se da cuenta que es para hoy? ¡que hartera, por Dios!
B: Sí sí...doctor. Lo que pasa es que...
A: ¿qué? – Apremió, cada vez más impaciente.
B: Que yo quería pe pedirle disculpas por lo que pasó hace un momentico. Yo no quería que usted nos viera en....
A: Pero los ví y, ya no hay nada que hacer. – Interrumpió con brusquedad – Ahora asegúrese de que no vuelva a ocurrir, porque la próxima vez no seré tan considerado. Ahora vaya a arreglar todo, ¡pero yaaaaa! ¡que es para ayer! – Gritó mientras le tiraba, literalmente una carpeta.
ESTÁS LEYENDO
DOS GOTAS D EAMOR
ФанфикHistoria original extraido de los foros de Network54, sin edición, ni modificación en su texto o comentario. Armando Mendoza, doctor Armando Mendoza, se solicita en la sala de urgencias . Doctor Armando Mendoza, a la sala de urgencias. Al escuchar...