Decidida a ser carbón, nacida para brillar como un diamante, esa es Aurora Deveraux.
◤Find light in the beautiful sea, I choose to be happy
You and I, you and I, we're like diamonds in the sky◢
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Veo hacia el exterior del carruaje y pienso si podría caber por la ventana y romperme la cabeza.
—Lo que sea que estés pensando, mejor olvídalo. —Declara Robert, viendo su libro, ni siquiera se digna a verme a mí. —Necesitas que te de algo de sol, Rory, ya pareces un fantasma.
—Soy la más oscura de todos. —Replico un hecho irrefutable. Mis padres hicieron mezclas curiosas con mis hermanos y yo soy la más rara de todas porque mi piel es pocos tonos más oscura que la de ellos. —Eso hace que no necesite sol y... Ni siquiera he tomado sol, entramos al carruaje y cuando bajemos entraremos en otra casa según sé.
—Pues el aire, Rory. La verdad es que ya apestas. —Finalmente mi hermano baja su libro y me observa. —¿Siquiera te lavas el cabello desde que te compramos esos velos? Juro que puedo ver la manteca de tu cabello fluyendo a través de ellos.
—Pasas demasiado tiempo con Joseph. —Le critico porque normalmente el irritante y criticón es Joseph, Robert es más liberal. —Y una buena monja debe dejar las vanidades de la sociedad, lo sabrías si me escuchara.
—Eso es un claro no. —Y vuelve a su lectura, sin prestarme atención. —Aurora, sí decidí sacarte no fue para torturarte, es porque creo que debes tener una conversación con alguien que no te haya cambiado los pañales o te prepare las comidas.
—¿Y por qué la casa Bridgerton? No tengo relación alguna con ellos.
—Yo la tengo. —Mi hermano asegura y sé que es verdad porque algo mencionó en sus viajes a casa durante sus estudios, pero no entiendo yo qué tengo que ver en eso. —Y Lady Bridgerton está casando a sus hijas, se siente sola y...
—Yo no me siento sola.
—Y pensé que tú podrías hacerle compañía mientras yo adelanto mi agenda con Benedict. —Miente, sé que algo trama. Mis hermanos me criaron, saben todo de mí, así como yo sé todo sobre ellos y Robert oculta algo detrás de su falso desdén a mi molestia. —Habrá dulces, Rory, por lo menos podrás comer algo y tener una conversación que no sea sobre caballos.
—Me gusta hablar con Reece sobre caballos. —Es verdad, me encanta montar, así sea en el reducido jardín y mi hermano Reece me apoya y habla conmigo sobre ello. —¿De qué hablaré con Lady Bridgerton?
—Tal vez caballos, o cuidados para el cabello. —Desearía poder arrojarle algo, pero no tengo nada. —En serio, Rory, si no fuera porque íbamos tarde, creeme que yo mismo te hubiera puesto la cabeza en el bebedero del caballo para limpiarte un poco, ¿Acaso no tienes comezón?
—No. —La verdad es que si tengo y un polvo blanco me está creciendo en la piel bajo el cabello, pero, ¿Qué importa? Nadie me ve y, además, no es como si me interesara. A la par, el velo lo cubre todo... Aunque si acepto que debo lavarlo, tiene un olor muy raro. —¿Ya podemos volver?
—No, ya llegamos. —Y justamente el cochero se detiene. Mi hermano deja a un lado su libro y abre la puerta. —Portate bien. —Me ordena bajar y después gira, como si hubiera olvidado algo. —No, sé tú misma, ¡Si, eso es mucho mejor!
