03 Mariposa

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Veo las flores ante mí y me acerco para percibir su delicado aroma, no mucho, apenas doblo un poco mi espalda, pero en ningún momento pierdo mi postura correcta, siempre guardando los huesos más expuestos para que no sobresalgan bajo la tela

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Veo las flores ante mí y me acerco para percibir su delicado aroma, no mucho, apenas doblo un poco mi espalda, pero en ningún momento pierdo mi postura correcta, siempre guardando los huesos más expuestos para que no sobresalgan bajo la tela.

—Luces tan encantadora. —James habla a mi lado y giro un poco la cabeza para darle una mirada. —¿Quién te enseñó a hacer eso?

—¿Hacer qué? —Enderezo por completo mi cuerpo y volteo hacia mi hermano mayor, quien mantiene su típica postura firme que para muchos podría parecer tosca, sin embargo, para mí nunca lo fue porque desde muy pequeña cuando lo veía con ese porte, yo corría hacía él pidiendo abrazos y besos.

—Lo haces tan natural que no lo notas. —Cualquiera creería que habla de algo malo, pero conozco a James, soy consciente de que, sea lo que sea que me está diciendo que hago, para él es bueno. —La forma en que te mueves ahora es demasiado delicada y ni siquiera lo piensas.

—En realidad, si lo pienso y demasiado, solo ya aprendí a que tú no lo notes. —Me inclino un poco, elevando la falda de mi vestido, solo un poco, en señal de reverencia. James me da lo que en su lenguaje extraño es una sonrisa, pero para el resto del mundo es una mueca. —Lady Bridgerton me ha enseñado lo que es "moverse como una dama", que en realidad es, moverse de manera delicada y premeditada.

—Si lo dices así, parece que no te gusta, cuando se nota que te encanta moverte así o no lo harías tan naturalmente. —Todos mis hermanos me criaron y me conocen como a las palmas de sus manos, sin embargo, es James quien fue mi padre en sentidos que los demás no pudieron, por lo cual, James nota que, bajo mi fachada de irritación, yo disfruto de cada encuentro y enseñanza que me da Lady Bridgerton, así que no hay razón alguna para actuar con él.

—Si alguien en esta casa pregunta, ten claro que no me gusta y lo hago por aburrimiento. —Para Joseph, Recce y Robert, yo no disfruto de mis lecciones, es más divertido solo fingir que no tolero los esfuerzos de Lady Bridgerton en convertirme en una dama a simplemente aceptar que me encanta la sensación de ser delicada y elegante, como las mariposas.

—Tu secreto está a salvo conmigo. —James se acerca a mí, toma mis mejillas entre sus grandes manos y me da un tierno beso en la frente. —Mientras seas feliz, no me quejaré. —James luce feliz por mi felicidad y la verdad, mis sentimientos en este momento son de lo más básico, simplemente me da alegría la idea de ser encantadora, aunque nadie me ve porque sigo enclaustrada en mi propio hogar. —Hace ya varios días que no insistes en que firme tu solicitud de ingreso al convento. —Recalca él y yo me doy la vuelta de regreso a las flores, igual que lo hace él y nos quedamos así, uno al lado del otro sin vernos. —¿Ha ocurrido algo?

—No. —Miento y sé que James sabe que estoy mintiendo. —Has estado demasiado ocupado últimamente,no he querido molestarte.

—Oh. —Él decide seguirme la cuerda sin inconveniente, cosa que agradezco. —Si no quieres hablar de ello, está bien. —Aparentemente, no me siguió mucho que digamos la cuerda con mi mentira. —¿Podemos hablar entonces del caballero Bridgerton?

The Rise Of A Diamond {Benedict Bridgerton}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora