𝘜𝘯 𝘣𝘢𝘳𝘮𝘢𝘯 ú𝘯𝘪𝘤𝘰. Tordtom fanfic

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Los rayos del Sol le pegaban a Tord en sus ojos cerrados, no tardando mucho en despertar al hombre. Se tapó la cara con la almohada antes de sentarse en el borde de la cama, bostezado. Tord se frotó los ojos para proseguir mirando a la pared por unos buenos minutos. Eventualmente salió de su estado empanado y se levantó de la cama, poniéndose sus botas bajas negras. 

Tord se arregló un poco el pelo antes de ponerse su sombrero de nuevo, ocultando un poco sus dos cuernos de pelo. Por mucha laca y gel que se echara en el pelo, nunca funcionaba. Agarró el bigote falso y se lo pegó por encima de sus labios, peinándolo un poco. Después, él hombre se fue de la habitación, bajando las escaleras para encontrarse en no-tan-desastre que tenía que limpiar.

Agarró una escoba, una fregona y un trapo para empezar a organizar todo el bar de nuevo. Aunque le costó unas cuantas horas, era temprano y nadie iba al bar TAN temprano. Tord suspiró y guardó los productos donde estaban. Ojala y tuviese aquí a alguien que lo limpiara por él. Se fue detrás de la barra y empezó a sacar vasos limpios. La música dentro de la radio sonaba, era un invento bastante novedoso y muy útil.

Él barman levantó la mirada a la puerta que se abría, revelando él sheriff entrando dentro de la cantina. Tord, o más bien, Todd sonrió y siguió colocando vasos.

"Buenos días, sheriff." Él camarero habló mientras que el hombre se acercaba hacia la barra, también con una sonrisa en sus labios.

"Buenos días." Tom respondió, sacando el frasco de cristal que guardaba en su bolsillo, ofreciéndoselo al barman.

"¿Me lo rellenas con whiskey? Ya sabes, él mejor de todos." Thompson le pidió, refiriéndose a la conversación que tuvieron ayer. Todd le miró antes de soltar una risa leve.

"Smirnoff, ¿verdad?" Todd preguntó, sabiendo ya la respuesta. Se giró hacia la estantería llena de los licores, agarrando la preciosa botella del whiskey que él sheriff tanto amaba.

"¿Qué si no?" Él sheriff soltó, viendo cómo él barman rellenaba su frasco con el preciado licor. Todd se encogió de hombros, dejando la botella de lado y devolviendo el frasco ya lleno al sheriff.

"Gracias. ¿Cuánto te debo?" Thompson preguntó, guardándose el frasco en su bolsillo para después, o bueno, más bien dentro de 2 minutos. Todd le miro antes de sonreír, agarrando un paño para empezar ha abrillantar un vaso.

"Nada, invita la casa." Todd le dijo, agitando su mano. Pero el sheriff frunció el ceño. No quería parecer que era pobre o algo.

"¿Qué? No, no, toma anda." Thompson negó, abriendo su cartera. Todd levantó una ceja en cuanto vio las monedas encima de la barra.

"Sheriff, que no pasa nada. Trabajas muy duro para mantener la ciudad, es lo mínimo que puedo hacer." Todd suspiró, empujando las monedas de nuevo al sheriff. La verdad es que esto de hacer una nueva personalidad le estaba costando.

"Que no, toma las monedas." Thompson le obligó, empujándolas más cerca del barman. Suspiro para luego sonreír, dándose la media vuelta, empezando ha andar fuera del lugar. "Venga, hasta luego." Tom se despidió, agarrando el frasco y tomando un sorbo.

Todd suspiró, confuso. ¿Por qué no le dejaba invitarlo a un frasco? No le costaba ni una moneda, de verdad. Él barman agarró las monedas y las almacenó en donde tenía todo el dinero, también su revolver, por si acaso.

Después de esa interacción, él día fue normal, nada raro. Gente entraba, pedían sus bebidas, pagaban y se iban. La verdad, era bastante aburrido. Claro, la gente le hablaba y a veces gente le tiraba piropos pero no tenían casi tema de conversación interesante, eran solo civiles. No eran como Tom, que le contaba cosas interesantes.