☨ PROLOGO ☨

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Al abrir mis ojos, inmediatamente los sentí pesados. Estaba en un lugar semi oscuro; lo único que proporcionaba algo de iluminación era una pequeña bombilla que pendía de una cuerda en medio de la habitación. Mis pies y manos estaban sujetos con unas cuerdas, provocándome un leve ardor en los alrededores. Mi cabello caía por toda mi cara, dificultando aún más mi visión. De repente, sentí una punzada fuerte en mi cabeza; Algo empezó a brotar de ella. Sentí que algo corría por mi frente y caía en el pantalón que nos entregaba la unidad. Cuando vi...

Sangre.

Levanté mi cabeza y otra punzada recorrió nuevamente toda mi cabeza, haciéndome gemir de dolor. Logré ver la silueta de una persona en la esquina, recostada a la pared; a un lado de él estaba una pequeña mesa donde logré ver distintos tipos de herramientas. Él se incorporó y empezó a caminar hacia mí. De repente, solo sentí los nudillos de alguien golpeando mi cara. Sentí la sangre acumularse en mi boca; mi cara dolía. Escupí la sangre y lo vi, era él, el desgraciado que no me deja salir de este infierno y se divierte con mi sufrimiento.

—¿Te sientes bien o debo llegarte a emergencia? —dijo con un tono serio, típico de él. Cualquiera pensaría que esa preocupado por mi salud, pero la verdad es que no le importa en lo absoluto.

—¿Sabes qué? Puedes morirte. —le escupí la sangre que había caído en mi boca.

UN CIELO SIN ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora