10: Castles Made Of Sand

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La hermana de Koichi podía ponerse ruidosa cuando estaba con sus amigas. Era casi hipócrita por parte de Koichi molestarse porque la gente fuera ruidosa y expresiva, pero aquel día le apetecía relajarse y no podía. Decidió visitar a Rohan, ya que la última vez que había visto a su amigo fue cuando apareció de la nada para interrumpir su cita. Siempre estaba disponible, así que se presentó en su casa y llamó al timbre. Se escucharon los gritos de Rohan y algo de ruido.

"¡Ya voy, espera un momento!"

Koichi esperó hasta que Rohan apareció, con el pelo revuelto y ojeras.

"Ah, eres tú. Pasa, Koichi-kun, por favor. Lo siento", suspiró. "Estaba trabajando y tenía que vestirme rápido"

"¿No te vistes antes de trabajar?" preguntó Koichi, intentando no imaginárselo.

"Es verano y me retraso con el trabajo. Las ideas y la inspiración llegan y les da igual si estás vestido o no" explicó Rohan.

"Bueno, no voy a molestarte, sensei...".

"Nunca lo haces, Koichi-kun"

"... Sólo quería un lugar tranquilo donde leer, y quizá hablar de vez en cuando. Mi hermana llevó algunos amigos"

"Oh, trágico" asintió y lo dijo en serio. "Ven a mi estudio, estaré trabajando. Puedes ir por comida o hacer cualquier cosa mientras no destroces mi casa" invitó Rohan.

"Gracias, sensei", sonrió el chico.

Koichi se dio cuenta de su error cuando Rohan empezó a trabajar. Al principio fue normal, tranquilo y silencioso como cualquier otra vez que lo había visto trabajar, pero luego se volvió diferente. No paraba de suspirar, resoplar y hacer ruidos de queja. Koichi no podía concentrarse, no sólo por el ruido, sino porque lo veía retorcerse con el rabillo del ojo. En un momento dado, Rohan lanzó una exclamación exasperada y golpeó el escritorio con las manos. Koichi se volvió para mirarlo y estaba de pie, con la espalda curvada y las manos aún sobre el escritorio.

"Rohan-sensei, ¿estás bien?", murmuró.

"¡No! ¡Claro que no! Mira esto", respondió Rohan poniendo una hoja de papel delante de los ojos de Koichi. Tuvo que inclinarse hacia atrás para verlo. Paneles de manga. Paneles de manga normales.

"Luce bien", dijo.

"¡No lo es!", gritó el artista y rompió el papel en dos y luego en otros dos.

Koichi no dijo nada, pero le miró con los ojos muy abiertos, temiendo por su amigo, pero sobre todo por él. Rohan no era fácil de calmar y de hacer entrar en razón.

"Claro que la técnica es apropiada -continuó Rohan-, pero le falta alma, realismo, relacionabilidad, sentimiento. Es mecánica y aburrida, por no decir otra cosa"

"Uuh, pero..."

"Y se me acaba el tiempo", se quejó.

"¿Cuánto tiempo te queda?", preguntó preocupado.

"Normalmente voy cuatro o cinco semanas adelantado. Esta vez sólo llevo dos. Dos y media"

"Entonces... no vas tarde"

"Uf, sí que voy tarde. ¿Crees que yo, el gran Kishibe Rohan, me voy a conformar con los mediocres plazos establecidos por otra persona? ¿Eh? ¿Crees que bromeo cuando digo que quiero ser el mejor? Claro, ahora soy el mejor, pero no quiero serlo sólo durante una semana o un mes. Quiero ser el mejor para siempre. Y por encima de todo, quiero ser el mejor que pueda ser. Ser mejor que el resto no me preocupa tanto como ser mejor que mi yo anterior, y esto..." sacudió los papeles rasgados que sostenía "... está lejos de ser mi mejor"

Smalltown - Josuhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora