Over Again

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Martin

Y joder, mira que intento e intento dejar de pensar en si es o no hetero, pero mi cabeza no se deshace de esa pregunta.

Por mi propio bien llego a la conclusión de que no,¿Si no porque se estaría dejando bailar por otro hombre en la discoteca? Si, esa es mi única razón.

Aun así eso no me termina de convencer, simplemente colocó mis audífonos y pongo la música a todo volumen para ahogarme en esta y no en mis pensamientos.

Pero aún así, es mejor que le guste otra persona, me da igual si es hombre o mujer, simplemente no quiero que se enamore de mi, porque no le merezco, yo no merezco que nadie me quiera.

Porque gente tan buena como él no merece una miseria como yo.

Lloro, sollozo mientras la música suena sin cesar.

Cuando me doy cuanta son más de las 10,veo la necesidad de comer, de llevarme algo a la boca para saciar todo mi dolor, la comida me ayuda a que nada duela tanto.

Aunque luego duele lo mismo, o hasta más, se que luego me voy a sentir culpable de haber atracado con todo lo que se encuentra en mi nevera, pero en el momento se siente bien, se siente reconfortante, eso basta para decirme que lo haga.

Y así hago, como unas cuantas galletas que hice anteayer, también unos fideos chinos de yakisoba y un bocadillo de jamón, queso y huevo que no tardo en preparar.

Hay veces en las que solo los alimentos pueden cerrar algunas cicatrices, por mucho que al final las abran aún más.

Y vaya que si consigue que las cosas dejen de dañar en ese momento.

Pero al terminar solo puedo ir al baño y mirarme despreciadamente y con asco antes de romper en llanto mirando mi reflejo.

Camino de nuevo a mi cuarto, cayendo de golpe en la cama, término dormido mientras lloro.

El agotamiento y la tristeza pueden con mis ganas de seguir despierto.

La alarma de mi despertador suena, y con los ojos rojos me hace recordar que ya se acabó la huelga, que por mucho que no quiera tengo que asistir a la escuela.

Me visto a desgana y camino hacia la universidad.

Es un día tranquilo a nivel quehaceres o trabajo, pero mis pensamientos están vuelta que vuelta por mi cabeza , y el rojo de mis ojos cansados no a desaparecido por completo.

Llego a casa, vea el pijama de Juanjo tirado en el sofá, pienso el lavarlo antes de devolverlo,pero me da tanta pereza esperar a que se seque que descarto la idea.

Me pongo a preparar unos brownies que le entregaré en recompensa.

Salgo de casa con la bandeja de los pequeños bizcochitos de chocolate y el pijama en una bolsa de Pull and bear.

Toco el timbre de su casa y curiosamente no me recibe Juanjo, un chico alto, pero no tanto como él, de ojos marrones e igual color de cabello es quien abre la puerta.

-Hola- Dice él primero.

-Hola... ¿Esta Juanjo? -

-Si, claro- Dice con neutralidad -¡Juanjo el guapo de los postres pregunta por ti! - Grita a dentro de la casa.

"Te a llamado el guapo de los postres"

Eso hace que un rosado se genere en mis mofletes.

Cuando Juanjo llega a la puerta me recibe con una amplia sonrisa.

-Te traje el pijama- Digo entregándole este en la bolsa. -No pude lavarlo, pero en recompensa te he hecho unos brownies, espero que te gusten- Prosigo ahora dándole la bandeja de postres.

Azul y Verde~JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora