CAPÍTULO 6

16 6 34
                                    


Emily

Todos me decían que era una pérdida de tiempo, que no gastara mi energía en algo que era básicamente imposible de suceder, pero desde ese día, lo único que he obligado a mi cuerpo a sentir, es esperanza. Una maldita posibilidad de tener a lo único que me quedaba de mi familia conmigo.

A mi niña, mi hija.

Mi Chloe.

Lo único que hacía era por ella, por verla, conocerla. Tiene 19 años y lo único que sé de ella, es que está en el orfanato de FEDRA, o estaba. Marlene me había jurado que estaba bien y que por lo menos sabía que su mamá la estaba buscando y luchando por recuperarla.

Ni siquiera sabía cómo era, si tenía mis ojos, si tenía los de Joel, si tenía su cabello, si tenía el mío. Si tenía su forma de ser, sí se parecía a Sarah. Solo eran suposiciones, pero era mi hija, y la amaba por sobre todas las cosas.

Sabía que Marlene me utilizaba y me ponía condiciones para mantenerla segura y tenerme al tanto de lo que ocurría con ella, pero tomaría ese riesgo solo por ella. Pasé de ser pediatra, a una maldita contrabandista de armas, suministros, e incluso excursionista.

—¿Eres casada?— preguntó el hombre frente a mí, miraba mi anillo en el dedo anular.

No había tenido el valor de quitármelo, me recordaba a único hombre que había amado en mi vida. Al igual que el collar que todavía mantenía, con la mitad del dije de Sarah que encontré en la bolsa de mi pantalón junto a la placa que le pertenecía a Chloe. Las tres placas de madera colgaban de mi cuello, juntas.

—¿Te importa acaso?— tomé la maleta llena de munición —Yo no pregunto a quién te follas a espaldas de tu mujer— me fui de ahí luego de dejarle el pago correspondiente.

No era la primera vez que pisaba la ZC de Boston, yo no me metía en los tiroteos que tenían las Luciérnagas con FEDRA, pero sí era culpable por estar supliéndole recursos.

Me escabullí entre la gente que miraba una de las tantas ejecuciones. No era conocida por nadie, ni siquiera por mis vendedores, quería pasar desapercibida por todos y todo. Una vez con mi hija de regreso, me iría de ahí a algún lado y vivir tranquila con ella.

"Sigue por ella"

"Sigue por tu hija"

"Es lo que él haría. Y es lo que debes hacer tú"

Esas tres cosas me las repetía mi cabeza, eran las frases que me daban la fuerza necesaria para seguir. Nadie más que ella de las personas que me importaran seguía ahí. Todos me los había quitado FEDRA, incluida mi hija, pero eso cambiaria.

Entré por una entrada alterna al edificio donde se resguardaban luego del tiroteo hecho la tarde anterior. Había algunos heridos, algunas bajas, pero nada les quitaba las ganas de hacer "lo justo".

La verdad nadie era el lado correcto, ni FEDRA ni ellos. Todos estaban llenos de mierdas; lo mejor era seguir por tu lado, aunque no era seguro. No por los peligros que había en el exterior.

Marlene se encontraba organizando el movimiento y el ataque que llevarían a cabo en la noche antes de irse de nuevo a otra ZC. —Tengo lo que necesitas—toqué la puerta llamando su atención, ella molesta se disculpó con los otros y me siguió.

—No puedes...— no deje que terminara, puse la maleta sobre una mesa y le extendí la mano en la dirección del objeto para que revisara lo que había en su interior.

—Balas de todos los calibres, aditamentos, silenciadores, mirillas...— enumeré todo lo que le había conseguido. —Todo lo que me pediste está ahí—

Mutual Reward ---- Joel Miller // (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora