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Izana no era de mostrar mucho afecto, pero cuando se trataba de tí...

Dios~

Te rogaba que le dieras atención.

-¿Ya terminaste? -Arrastró las palabras mientras gateaba hacia tí para poner su cabeza en tu regazo- Llevas ahí más de media hora... -Se quejó perezosamente-

No podías evitarlo, te gustaba leer en tu tiempo libre.

-Ya casi termino, bebé -Lo miraste por un instante y luego volviste la vista a tu libro- Solo dos páginas más ¿Si?

Izana frunció las cejas.

-Eso mismo me dijiste hace como veinte páginas -Murmuró molesto, ya estando recostado de la mitad de tu cuerpo- Dame atención...

-Aww... Un momento amor. -Te dió tanta ternura que acariciaste su cabello en medio de una gentil sonrisa-

El chico se abrazó a tu cintura y cerró los ojos mientras te esperaba y sentía los mimos que le dabas.

-El protagonista apesta -Murmuraste algo adolorida mientras cerrabas el libro de golpe y lo ponías en la mesita junto a tí- Es un imbécil.

-¿Hmn? -Izana se estaba quedando dormido, por lo cual solo entreabrió un ojo al escuchar tu queja- Si... Apesta... -Adormilado, se aferró más a tu cintura-

-Zana, no seas como él ¿De acuerdo? -A pesar de que él no sabía a qué te referías, asintió. Mi siquiera escucho bien lo que le dijiste, solo entendió que no debía ser como una persona y ya-

"De todas las personas que pensé que podía hacerme daño, tú eras la única que no estaba en la lista". -Fué lo último que leías antes de enojarte con los personajes principales.

-Oe, amor ¿Estás dormidito?

-Si hubiera estado dormido ¿Qué habrías hecho? -Preguntó mientras bostezaba y alzaba la cabeza para mirarte somnoliento-

-Te habría llenado la cabeza de besitos para que te despertaras -Ideaste sonriente-

-Espera un momento, intentaré dormirme. -Se acomodó otra vez contra tu abdomen, respirando pesadamente mientras tú soltabas unas pequeñas risitas-

-Quién diría que mi lindo pandillero amaría que le hicieran mimos y dieran besitos -Dijiste en un tono un tanto burlón e infantil-

-Amo tu lenguaje del amor. -Sonrió sin querer cuando tú te inclinaste un poco para dejar un beso en la cima de su cabeza- Me encantas.

-Bebé ¿No debías ir a una reunión de Tenjiku? -En un descuido, viste el reloj que estaba en la pared de tu casa-

-¿Hmg? La voy a cancelar.

-...-Lo miraste confundida- ¿Por qué?

-Porque estoy cómodo -Admitió acomodando su rostro para verte-

-Ya veo. Te vez lindo así.

-Lo sé, soy hermoso -Te guiñó un ojo y lanzó un beso, tú lo acercaste más a tí para que volviera a recostarse mientras ponías los ojos en blanco-

-Pero también tienes responsabilidades, bebé. -Murmuraste en voz baja cerrando tus ojos-

Su cabello chocaba con tu nariz, provocando te leves cosquillas. Estos momentos íntimos entre los dos eran los que más te gustaban.

Solo estar acurrucados en el sofá, abrazados y casi dormidos. De verdad disfrutabas pasar tiempo con él.

-Quedémonos así un rato más -Habló con voz floja, casi parecía un ronroneo de su parte- Luego nos alistamos. Irás conmigo.

 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑚𝑎́𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑢́ (𝐼𝑧𝑎𝑛𝑎 𝑥 𝑇/𝑛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora