RECOPILACIÓN DE POESÍA VOL. 1

PARTE VII

TRUE LOVE THAT LIVES ON

"Incluso si sigo extrañándote, tu alma acogedora y vibrante, que ya no está a mi lado, puede seguir adelante.
También puedo seguir adelante, y ser libre.
Ella arrasó conmigo; una ola de calor tremenda lo fue, y yo no podría haber sido más feliz. Ella no se compara con él. Lo deja vacío, descomponiendo 'vacío' en tres sílabas: va-cí-o.
¿Cómo un ser humano puede extrañar la rabia, el furor, su época de desgracia? El mundo se detuvo por un minuto y se derrumbó en pedazos al ver que yo, de veras, añoro la melancolía; mi mejor ejemplo: la de mi pequeña historia.
Extraño sentir la desesperación de que me perdonara por errores que no cometí, las cinco etapas del duelo en una sola noche en compañía de dulce y querida bebé a mi lado, la sangre agridulce corriendo por mis venas aquella noche en la que sabía que nunca más íbamos a vernos; era una droga. 
El impacto del corazón, sus venas cavas al alma asimilan la veracidad de tu profunda cavidad. Por eso, no me importó un bledo si no era yo quien estaba frente a ella en el polaroid de mi visión. Esa noche no hubo ni una despedida con la mano a lo lejos.
Aún así, la noche siguió viéndose tan hermosa como siempre.
Es mi verdad: una vida de melancolía fue mi adoración divina. Vivir tan monótono, insípido, y no menos importante, frío como las altas horas violentas y friolentas de madrugada fuera de casa, como si se hubieran olvidado de abrirte la puerta. Y por ende, duermes en la entrada, empatizando con un callejero o hasta un perro; apagado y carente de emociones vívidas que puedan causar combustión. Solía ser un estricto altar a diario en mi calendario.
Amaba tanto el frío del invierno, el invierno mismo, cómo las calles se pintaban de tonos grises, simulaban un lienzo ante mis ojos de infante. Anhelaba tanto experimentar el invierno en América, tocar la nieve y sentirla deshacerse en mis dedos con ese tenue ardor especulativo en mis manos; era el deseo de un niño.
Ahora, el verano es el deseo mayor. Uno emocionante y lleno de malas decisiones por simple y tonta diversión juvenil, para luego arrepentirme de ellas por la posibilidad de afrontar las consecuencias de mis actos, cometidos por nada, junto a mis amigos. Estar en contacto con mis deseos oscuros aviva el fuego de mi corazón, como una purificación prohibida por Dios, haciendo que brote más y más.
Cuánto he cambiado, cuánto ha cambiado.
'¿Ahora qué viene?', me pregunté. Nadie me dijo que no tenía que saber la respuesta."

"¿Hay una pasión en mi alma? América es lo que quiero."