"¿Entonces el héroe número dos tiene una hija?, jamás pensé que sería alguien responsable de esa manera ya sabes...se ve muy de esos jóvenes irresponsables en otros aspectos"
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Keigo caminó por los pasillos fríos y grises de la prisión, el eco de sus pasos resonando en el silencio.
Se dirigía a la celda del padre de Misaki, determinado a decirle la verdad sobre lo ocurrido.
Cuando llegó, el guardia abrió la puerta y Keigo entró, encontrándose cara a cara con el hombre que casi destruyó su vida.
El padre de Misaki, que había envejecido notablemente en estos últimos días, levantó la vista con ojos llenos de resentimiento y arrepentimiento.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, su voz temblorosa.
Keigo respiró hondo, tratando de mantener la calma.
—He venido a decirte la verdad. Misaki está viva.
El hombre parpadeó, sorprendido.
—¿Qué... qué estás diciendo? ¿Cómo es posible?
—Ella nunca se suicidó —continuó Keigo, manteniendo la mirada firme. —Huyó con Natsuo para empezar una nueva vida. Fingieron su muerte para escapar de todo...
El padre de Misaki se quedó en silencio, asimilando la información. Sus manos temblaron mientras se llevaba una a la frente.
—No lo puedo creer... Todo este tiempo pensé que había muerto por mi culpa, por tu culpa...
Keigo dio un paso adelante.
—Lo que hiciste fue terrible. Casi destruyes la vida de mi hija y la mía. Pero Misaki no quería causarte más dolor. Ella solo quería escapar y tener una oportunidad de ser feliz.
Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas del hombre.
—No sabía... No sabía que ella estaba viva. Pensé que estaba vengando su muerte...
Keigo asintió lentamente.
—Lo sé. Pero ahora que sabes la verdad, tienes la oportunidad de hacer las cosas bien. De arrepentirte y buscar redención.
El padre de Misaki sollozó, cubriéndose el rostro con las manos.
—Lo siento, Keigo. Lo siento tanto. No puedo creer lo que casi hice. No puedo creer el daño que causé.
Keigo sintió una mezcla de alivio y compasión.
—El camino hacia la redención no será fácil, pero es posible. Comienza con aceptar tus errores y tratar de enmendarlos.
