CAPÍTULO 18

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Joao entró, no sé de que ha hablado con Pedri. Vino corriendo hacía mí con una sonrisa en la cara, algo bueno supongo. Me cogió de la cintura y me levantó por el aire, sonreí y llevé mis manos en sus hombros. Me bajó y tenía una sonrisa, pero no era mi preferida, la mía siempre será la del canario. Acercó su oreja a la mía.

- He hablado con Pedri- me tensé- relájate, que me ha dicho que seamos muy felices y que te cuidara- me destensé, ahora lo entendía todo, no merecía a Pedri, era un hombre perfecto y yo lo rompería, aunque ya lo estaba haciendo.

Entramos en la ducha y debajo del agua lloré, he dejado ir al hombre más bueno del mundo. Pero ahora ya no me podía arrepentir, llegará alguien que sea mejor que yo para él, aunque me rompa por dentro. Terminé y puse un bóxer, la toalla en la cadera y justamente salió Joao igual que yo, hay que admitir que tiene un cuerpazo, pero mi favorito era el del canario.

- Si puedes dejar de follarme con la mirada- levanté mi vista y encontré a Joao con una sonrisa, inmediatamente me sonrojé- que mono eres.

- Cállate- andé para ir a mi taquilla, al pasar a su lado palmeó mi culo y me susurró.

- Cállame- se me borró la sonrisa de repente, eso me dijo Pedri antes de empezar todo, dios tenía que parar, no podía ser que todo me recordará al canario. Por eso, tal vez si estoy con el portugués y nos conocemos le olvide.

Salimos del vestuario y nos dirigimos al coche del portugués para ir al restaurante, estaba nervioso porque sería mi primera cita con él, ¿era una cita, no?

- ¿En qué piensas tanto guapo?- Joao me sacó de mis pensamientos, no sabía si decirle- venga, que no muerdo.

- ¿Esto es una cita?- en un semáforo en rojo me miró sorprendido- a ver, es que no sé, para mi si lo es. Pero si para ti no lo es lo entiendo, no quiero...- antes de que pudiera terminar me interrumpió.

- Eh, eh- agarró mi mano que tenía encima de la pierna- respira, desde el momento que te invité para mi ya era una cita- solté todo el aire que tenía atorado en los pulmones.

- Joder cabrón, estaría bien que me hubieras avisado- rió y miró adelante para seguir el camino, pero no quitó su mano. Después de unos minutos llegamos a un restaurante de comida rápida, me esperaba que me llevará a uno de esos caros.

- Hemos llegado- salimos del coche y entramos dentro del restaurante, entonces entendí que era uno de los kebabs- buenas, ¿podemos comer?

- Hombre, Joao Felix, hacía tiempo que no venías por aquí. Hoy no traes a ninguna chica- me miró- hoy vienes con el mismísimo Pablo Gavi, un amigo- tendió su mano y se la estreché, ¿por qué le preguntaba si no venía con ninguna chica? ¿Acaso llevaba a todas las chicas ahí?- es que como siempre viene con chicas- auch, me giré y estaba Joao con una mirada triste- bueno sentaros que os traigo uno- nos sentamos y no dijimos nada durante un rato.

- Gavi- levanté la mirada del móvil para verlo- no quería que te enteraras de ello.

- Dime Joao, ¿soy uno cualquiera? ¿Uno que piensa que no vamos a durar? ¿Qué solo somos ligue? Porque si piensas así es mejor que no sigamos- abrió los ojos como platos y estiró su mano para coger la mía.

- Claro que no, ¿como piensas eso?- apretó la mano-¿ cómo puedes ser cualquiera? Quiero algo serio contigo, algo que dure mucho- asentí y retiré la mano cuando vi que venía el camarero.

- Aquí tenéis chicos- agradecimos y se fue, la comida era como una normal, había venido para pasarlo bien pero el camarero la había cagado.

- Después quiero llevarte a un sitio- fruncí el ceño.

Verdades ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora