Capitulo Dieciocho.

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Hyunjin se despertó solo, con las sábanas enredadas a su alrededor. Rodó sobre su espalda, estirándose hasta que sus articulaciones crujieron y después agarró su teléfono. Eran casi las nueve de la mañana. Se puso de pie, metiendo sus piernas en un par de pantalones de chándal y poniéndose la sudadera con capucha negra sin mangas que casualmente estaba en la parte superior de su bolso, antes de finalmente irse tropezando hacia la cocina.

Jeongin estaba sentado en la mesa del desayuno con sus auriculares puestos, había una tostada a medio comer frente a él mientras que escuchaba algo con atención y garabateaba algunas notas. Le dio a Hyunjin un pequeño saludo de reconocimiento y él asintió en respuesta antes de dirigirse a la cafetera, aliviado cuando vio ya que estaba llena. Se sirvió una taza, luego tomo un lago sorbo dejando que el líquido amargo quemara antes de dejarse caer en una silla junto a Jeongin.

— ¿En dónde está Felix? —preguntó finalmente.

Jeongin sacó uno de los auriculares. — ¿Eh?

— ¿Felix? —Repitió.

—Oh, estaba afuera con Seungmin. Están buscando algunos de los juguetes que trajimos a casa.

Hyunjin asintió y volvió a su taza de café contentándose con mirar a la nada mientras que Jeongin trabajaba. La puerta principal se abrió y entró Felix, llevando un gran contenedor de almacenamiento rojo que dejó caer justo al lado de la puerta. Sonrió en cuanto vio a Hyunjin, caminó detrás de él antes de inclinarse y besarle un lado de su cuello de una manera que le provocó piel de gallina.

—Estás despierto —Murmuró contra su oído.

No tienes idea.

Hyunjin se acomodó debajo de la mesa, sonrojándose cuando Jeongin sonrió como si pudiera sentir su incomodidad. Seungmin se acercó a Jeongin, agarró el respaldo de su silla y arrastró el mueble antes de dejar caer su cuerpo sobre el regazo de Jeongin. Para su crédito, el chico simplemente lo rodeó con sus brazos, continuando con su trabajo claramente acostumbrado a ese tipo de distracción.

Felix se sentó junto a Hyunjin.

—Los gemelos se reunirán con nosotros en la residencia Euisung después del anochecer. Una vez que determinemos que están solos, lo someteremos a él y a su esposa, y Jeongin y Seungmin llevarán a la niña con el contacto de Nayeon. Se asegurarán de que esté a salvo.

Hyunjin gruñó, todavía sin sentirse lo suficientemente despierto para comunicarse con verdadera eficiencia. En algún lugar, un teléfono comenzó a sonar. Todos buscaron en sus bolsillos con excepción de Hyunjin, ya que había dejado el teléfono en el dormitorio. El dispositivo que sonaba era el de Felix. Miró el nombre en la pantalla, luego deslizó para responder y presionó el altavoz antes de dejar el teléfono sobre la mesa.

—Estamos todos, Nayeon.

—Bien. Realmente no quiero tener que reproducir esto más de una vez.

— ¿Qué cosa? —Preguntó Jeongin, quitándose los auriculares y alcanzando su tostada.

—He estado monitoreando el error en la oficina de Euisung. Hizo esta llamada telefónica anoche. Sólo escuchen y díganme que piensan.

Hyunjin realmente no conocía a Nayeon, pero su tono sombrío pareció inquietar a los demás. Eso no presagiaba nada bueno para lo que fuera que estaban a punto de escuchar. Incluso con el altavoz al máximo volumen, tuvieron que inclinarse. El gemido nasal pertenecía a Euisung, sin duda.

—Oye, tenemos que hablar.

Cuando no hubo una respuesta audible Hyunjin supuso que el mensaje grabado estaba captando una llamada telefónica entre Euisung y otra persona. Su mirada se encontró con la de Felix.

Lunatico - Hyunlix #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora