Cada psicópata de la familia Lee tiene un papel que desempeñar.
Felix Lee es el jugador, un borracho reprobable que se gana la vida como un aficionado de póker de alto riesgo. Muy pocas personas conocen al Felix real, ni siquiera sus hermanos. Pero...
NOTA ACLARATORIA: El siguiente epílogo, se consideraría más bien un prólogo bonus.
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Hyunjin no podía quitarle los ojos de encima. Y no era el único. El hombre estaba atrayendo todo tipo de atención con su largo abrigo de cuero y su pelo rubio, que caía sobre un ojo cada vez que se inclinaba hacia el chico a su lado. Parecía un pirata... o una celebridad.
¿Había piratas famosos? ¿El Capitán Jack Sparrow contaba cómo eso?
Incluso desde el otro lado de la habitación, tenía una actitud de como si fuera intocable. Si Hyunjin tuviera que relacionarlo con algo en particular, sería con un actor. Sin duda estaba haciendo toda una actuación al bromear con el chico que tenía al lado, quitándole el pelo de la cara y hablándole directamente al oído. El chico estaba comiéndose el acto.
Parecía a simple tres segundos de comenzar a enroscar su cabello en uno de sus dedos como si fuera un adolescente en los años cincuenta en una tienda de malta. Tal vez Hyunjin no debería haberse tomado ese cuarto trago. Es posible que estuviera un poco borracho. No había ido hasta el bar para echar un polvo, pero tampoco esperaba encontrarse a Jack Sparrow en medio de un elegante bar de un hotel en Macao, así que eso era todo.
El hombre era mucho más joven que Hyunjin, pero se comportaba como alguien acostumbrado a nunca escuchar la palabra no. Estaba sentado en una mesa con forma de herradura en la esquina trasera de la barra tenuemente iluminada, un pie calzado en botas estaba apoyado en el asiento, mientras que otra esbelta pierna estaba estirada a un lado. Su ropa se veía costosa, pero estaba bien gastada. Hyunjin no sabía si eso era por uso o por el diseño, pero la camisa que llevaba estaba abierta en su cuello y mostraba piel suficiente para darle ideas a Hyunjin.
Hyunjin sabía que estaba mirando fijamente. Demonios, otros probablemente también lo sabían. Todos menos su actual obsesión. Él era totalmente inconsciente, y eso estaba bien para él. Le daba la oportunidad de observarlo, de descubrir sus motivos. El hombre bebió la bebida frente a él, volviendo la cabeza cada vez que quería susurrar algo al oído del pequeño castaño que estaba sentado a su lado. Si estaba intentando seducirlo, no hacía mucho esfuerzo en realidad. En todo caso, parecía aburrido.
El chico a su lado no se daba cuenta, pero Hyunjin sí. Había algo en sus ojos. Incluso desde la distancia, Hyunjin podía ver que el otro hombre no quería estar allí, en realidad no. Cuando el chico se puso de pie abruptamente, ya sea para retirarse o ir al baño, otro muchacho se deslizó en el asiento vacío. Bien podrían haber sido intercambiables. La misma complexión delgada, el mismo cabello, y la misma expresión aburrida en el rostro del hosco pirata.
Hyunjin apuro su bebida y se puso de pie caminando hacia la cabina con cero expectativas. A medida que se acercaba, el desconocido se giró un poco y lanzó una mirada acalorada hacia Hyunjin, recorriéndolo de pies a cabezas antes de dejar caer sus pies para que Hyunjin pudiera sentarse frente a él. No pensaba desperdiciar tal invitación. Se dejó caer en el asiento y se deslizó más cerca.
