1. La desición

104 1 0
                                    

Hace ocho años, los Choku iniciaron su conquista, devastando el País del Fuego, el País del Agua y el País del Viento. Ahora avanzan hacia el País de la Hierba, la última resistencia significativa contra su expansión. Hiroki, descendiente de los legendarios Neji Hyuga y Tenten, se ve envuelto en este conflicto, ya que ahora llamaba hogar al País de la Hierba.

Hiroki Hyuga se encuentra en prisión debido a la purga realizada por Soichiro Uzumaki, quien se convirtió en señor feudal. Soichiro descubrió que su rival político, Satoru Kono, estaba colaborando con los Choku para entregarles el País de la Hierba.

Hiroki pertenecía a la división de Satoru con la esperanza de encontrar una cura para la demencia de su padre Neji. Por ello, había servido a Satoru.

La prisión era helada, apenas entraba luz, y el olor a humedad lo cubría todo.

Hiroki sentía la incertidumbre de qué pasaría con él ahora que su jefe había sido ejecutado. Se decía que el señor Soichiro no tenía piedad con los traidores.

En cuanto a Neji, ahora se encontraba internado en la Escuela de la Psique del País de la Hierba. Al parecer, lo que provocaba su demencia era el sello en su frente, una swastika que el clan Hyuga solía utilizar para controlar a la rama secundaria. Por fortuna, los malvados Hiashi, Hinata y Hanabi no habían puesto sus manos en Hiroki y Satsuki.

Hiroki siempre agradeció a su padre por haber hecho justicia con Hiashi y compañía, pero Hiashi pudo activar una función especial de dicho sello y, desde entonces, Neji sufre de demencia.

A lo lejos, en las celdas, se escuchaban los pasos de alguien que se acercaba. Pronto, una persona apareció frente a la celda de Hiroki.

—¿Cómo te encuentras?

La persona era el Sr. Soichiro Uzumaki. Su cabello rojo era brillante, vestía ropas exquisitas, y su expresión era estoica.

—No muy bien, aún no sé cuál será mi destino —dijo Hiroki con melancolía.

El Sr. Soichiro procedió a aclararse la garganta y dijo:

—Bien, te diré mi veredicto. No he encontrado motivos para ejecutarte.

A pesar de que Hiroki había participado en ciertas actividades, los esbirros de Satoru le habían dicho a Soichiro que Hiroki no tenía idea del contenido de las cartas ni de las intenciones de Satoru.

La expresión de Hiroki se tornó menos tensa, sus músculos se relajaron al saber que no sería ejecutado.

—Tengo un par de preguntas para ti, Hiroki. Primero, ¿cuánto es tu compromiso con nuestra nación? Por favor, te pido que seas honesto.

Hiroki tragó saliva antes de responder.

—Verá, Sr. Soichiro, mi hogar es este. Mi padre, Satsuki y mi mejor amigo Taika viven aquí.

Soichiro escuchó todo. Las palabras de Hiroki provocaron una leve sonrisa en su rostro.

—Muy bien, te dejaré en libertad y ahora estarás bajo mis órdenes. Serás útil para proteger nuestro país.

—¿En serio, señor? —dijo Hiroki.

—Recuerda, aunque no tuvieras idea de lo que sucedía en los asuntos de Satoru, fuiste parte de ello. Ahora tu responsabilidad es enmendar eso, protegiendo y dando tu vida por este país, el último bastión de lo que antes fue el mundo ninja.

El rostro de Hiroki se iluminó y dijo:

—Muchas gracias, señor.

—Ah, por cierto, agradécele a Hanami. Ella fue quien insistió en incorporarte a nuestras fuerzas.

Así fue como Hiroki fue liberado de su cautiverio para proteger la aldea de la Hierba.

Hiroki Hyuga: Las estrellas Hyuga y UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora