8. El emperador Anchikar

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Soichiro miraba el paisaje, viendo cómo parte de su hogar había sido destruido por la flecha de Pattenouk.

El emperador Choku contemplaba toda la destrucción, satisfecho con las proezas de sus guerreros. Pronto se completaría su objetivo: exterminar a todo aquel que tuviera al menos una gota de sangre Ōtsutsuki. Después de que su limpieza étnica tuviera lugar, celebraría el hecho de que ahora solo los humanos puros vivirían en la tierra, creando así un mundo hecho para ellos, libres de lo que consideraba parásitos y sus descendientes.

Fue entonces cuando Anchikar miró en dirección a Soichiro, con sus ojos amarillos penetrantes, vestido de blanco como su barba. Su cabello negro le daba un aire de anciano sabio.

—Veo que eres el último de tu clase, Soichiro Uzumaki, el más puro descendiente de los parásitos que contaminan mi mundo.

Soichiro sonrió y respondió a Anchikar.

—Estás en nuestra tierra ahora, Anchikar. La defenderemos, aunque nos cueste la vida. Nosotros elegimos de quién descendemos, y aunque parte de nuestro ADN no pertenezca a este mundo, los "parásitos", como tú nos llamas, tenemos un hogar aquí.

Anchikar acumulaba rabia. Durante siglos había odiado a los pelirrojos del clan Uzumaki, y ahora, casi todo su objetivo parecía estar cumplido. Solo quedaba en pie el país de la Hierba.

—Gravedad cero.

Anchikar ejecutó su técnica, haciendo que Soichiro y sus hombres cayeran al suelo, incapaces de moverse. La gravedad había sido aumentada; Soichiro estaba atrapado.

—¡Rayos! Maldito.

—Estás acabado, parásito.

Del vientre del emperador surgieron unas manos que empezaron a extraer las almas de los ninjas de la Hierba. Una de ellas se dirigió hacia Soichiro, parecía que su fin había llegado.

—¡Cadenas de Adamantina!

Las cadenas aparecieron para atacar a Anchikar.

El emperador Choku esquivó las cadenas.

—¿Quién se atreve a perturbarme? —dijo con voz estoica el emperador.

La persona que había intervenido era el joven Ren.

Armándose de valor, Ren intentó la técnica del Río Sanzu.

—¡Río Sagrado Sanzu!

El inframundo se abrió, pero antes de que pudiera absorber al emperador Choku, este contrarrestó con su técnica.

—Okikurni, viento divino.

Anchikar extendió su mano hacia Ren y con un impulso de viento lo lanzó hacia un lago cercano.

—¡Ren! —gritó Soichiro.

El Sr. Soichiro se reincorporó rápidamente a la batalla.

—¡Jutsu de invocación!

Soichiro invocó a un Kappa y procedió con su técnica.

—¡Burbuja del sueño!

El Kappa lanzó burbujas para atrapar al emperador.

Anchikar esquivó cada una de las burbujas.

Extendió su mano, reuniendo energía y lanzándola hacia Soichiro.

—¡Muere, parásito!

Extendió la otra mano.

—¡Gravedad mil!

Anchikar intentaba aplicar su técnica nuevamente para atar a Soichiro al suelo.

—¡Estilo de Tierra: Jutsu Renacer Terrestre!

Pero Soichiro actuó rápidamente con su técnica de tierra, desestabilizando el suelo justo antes de que la técnica de Anchikar hiciera efecto.

—¡Cadenas de Adamantina!

Soichiro ató a Anchikar con sus cadenas. Aunque resistieran poco, estaba decidido a contener al emperador con la energía sagrada que lo rodeaba.

—¡Río Sanzu!

Con todas sus fuerzas, Soichiro logró que Anchikar fuera al inframundo junto con él.

Así, Soichiro evitó que el más poderoso de los Choku causara más estragos en la aldea.

Hiroki Hyuga: Las estrellas Hyuga y UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora