11.El fin de Pattenouk

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En un presente devastado por la guerra, Hiroki se preparaba para enfrentar a Shinji en el lago de la aldea de la hierba. Ambos combatientes caminaban sobre el agua, rodeados de edificios destruidos.

—¡Puño Gemelo del Dragón! —gritó Hiroki, utilizando su técnica nuevamente.

—Eso no te funcionará, Hiroki —respondió Pattenouk, confiado.

El joven Hyuga impactó de lleno su Puño del Dragón en Pattenouk, intentando dañar sus órganos internos. Sin embargo, al tratarse de un guerrero Choku sin red de Chakra, el esfuerzo de Hiroki era en vano.

—Es inútil, Hiroki. Nosotros, los Choku, no poseemos red de Chakra.

Hiroki sonrió, mostrando confianza.

—¿Por qué sonríes, parásito? —Pattenouk preguntó, irritado.

Hiroki entonces realizó una técnica desarrollada por él mismo.

—¡Arte del Puño Suave: Puño Gemelo del Bennu!

El chakra que envolvía los puños de Hiroki cambió a un color rojo y tomó la forma de un Fénix. Al impactar nuevamente, uno de los órganos internos de Pattenouk fue herido, sorprendiéndolo.

—¡Maldito! ¿Cómo es posible que alguien como tú me haya herido?

Irritado, Pattenouk preparó su arco y lanzó tres flechas hacia Hiroki.

—¡Rotación Especial del Bennu!

Hiroki usó su rotación, esta vez con chakra de color anaranjado, y repelió las flechas. Pattenouk lanzó cinco flechas más, estas abriendo el espacio-tiempo e intentando absorber a Hiroki. El joven Hyuga esquivaba como podía, saltando por todo el lago.

Parte de la torre del reloj se hizo añicos en medio del combate. Hiroki dio un salto en el aire, pero una de las flechas desgarró la realidad, comenzando a arrastrarlo.

Pattenouk preparó su mejor flecha, la Flecha de la Diosa Okikurni, y la lanzó hacia Hiroki, quien no podía moverse. La flecha dorada se acercaba lentamente.

—Este es tu fin, parásito —dijo Pattenouk.

Hiroki fue atravesado en el pecho por la flecha y cayó de rodillas, exhausto y sangrando. De repente, su brazo izquierdo comenzó a desintegrarse.

—¿Qué sucede? —Pattenouk se acercó lentamente.

—La Flecha de la Diosa Okikurni tiene el poder de borrar de la existencia a cualquier ser. Ahora te desintegrarás hasta que no quede nada de ti.

Sin embargo, Pattenouk también cayó de rodillas, sintiendo los efectos del golpe de Hiroki.

—Veo que me has subestimado, Sr. Pattenouk —dijo Hiroki, cansado y dolorido.

—¡Maldito! —gritó Pattenouk, impotente.

—Lo he logrado. Te llevaré conmigo al otro mundo.

Hiroki se puso de pie con todas sus fuerzas y atacó a Pattenouk con su Puño Gemelo del Bennu. Finalmente, el guerrero Choku cayó al suelo.

—¡Malditos parásitos! —dijo Pattenouk antes de morir.

Hiroki Hyuga: Las estrellas Hyuga y UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora