La llama perdida

Capitulo 6: Una confesión bajo un fuego artificial

El dia veintitrés de Diciembre, fuimos temprano en la mañana a las tiendas a comprar la comida de Navidad y Año Nuevo, era bastante lo que compraríamos por lo que tuvimos que utilizar tres autos, al volver de las tiendas lo que tocaba hacer era comenzar a cocinar, hicimos postres, ensaladas, aperitivos. En fin muchas cosas para el almuerzo, la hora del café y para la cena.

Mas en el horario de la tarde, exhaustos de la cocina, estábamos bebiendo chocolate caliente en la sala de estar –Uff, me duelen los brazos de amasar—decía Newt estirándose despacio y soltando un fuerte suspiro –Afortunadamente, mañana podremos disfrutar de toda la comida que hemos cocinado-- el se frotaba las manos ansioso – Newt, eres un goloso, de verdad, si te la pasas comiendo hermano-- le decía mientras bebia de mi taza –Yo solo a brindar con todos a la medianoche y luego relajarnos alrededor de la chimenea, disfrutando de la compañía—Rena tenia sus piernas sobre las mias mientras ella también bebia de su taza –- Oye Serena, ¿quieres ver fotos de Alyssa de cuando era bebe? Hay algunas que son muy tiernas y hace algunos años tuvo su fase emo, se había teñido el cabello de negro y no quería que nadie conociera sus verdaderos ojos, por lo que usaba lentes de contacto ja, ja—cuando lo escuche decir eso, tome una almohada y se la lance a la cara, casi se le cae la taza –Callate bobo, o le mostrare a tu novia las tuyas cuando ella venga en Año Nuevo—el sonrio macabramente – Oh... Entonces ¿Serena y tu?... ¿Ustedes dos están saliendo?—me quede dura y muda, el maldito jugo con mis palabras, pero además estaba bebiendo mi chocolate, parecía que ambas nos habíamos sorprendido, por que casi nos ahogamos y nuestros rostros comenzaron a ponerse rojos de la vergüenza, se escuchaba la risa de mi madre desde la cocina –Voy a matarte—le dije a mi hermano mirándolo amenazante, levantándome del sofá, para luego comenzar a perseguirlo por la casa, ya que el salio corriendo en cuanto me levante.

Fue un dia agitado, pero a decir verdad nos divertimos mucho, aun a pesar de mis esfuerzos, mi madre logro mostrarle las fotos a Serena, yo me estaba en un rincón sumiéndome en la oscuridad, no era algo agradable que viera mis fotos era vergonzoso, pero ella me aclaro que me veía tierna y no debería avergonzarme por ello... Unas horas después estábamos en mi cuarto –Oye alguna vez haz sentido como que una parte de ti esta pérdida?—me pregunto mientras nos preparábamos para ir a la cama –¿A que te refieres?—ella suspiro –Siempre he sentido que no encajo aquí, en el mundo humano, siento que me falta algo, algo importante, algo que me hace sentir a gusto en Iri—me recosté y mire al techo –Sentia eso cuando era niña, había momentos en los que no tenia control de mi magia y he recibido criticas, miradas que me juzgaban a cada paso que daba...-- aclare mi garganta ya que esos recuerdos me daban mala espina –desee... tantas veces ser normal, pero llego un momento en el que, desperté y dejaron de importarme las palabras de ellos, comencé a ser mi propia persona, no escondo mi magia, claro que no daño a nadie pero no me oculto ahora soy feliz, con mi familia, mis amigos y contigo-- tome su mano y la mire –es difícil lo se, pero...Cuanto menos te importe la opinión de los demás mejor-- ella miro el suelo –Si supongo que tienes razón, es difícil, apenas si he entrado en adultez y ya siento que quiero rendirme-- le sonreí un poco –Okay no pensemos tan en negativo, descansa y mañana pasaremos una Vispera de Navidad maravillosa, no tendremos que preocuparnos por los demás, solo seremos tu, yo y familia, lo cual te adora-- nos reimos un poco y nos acostamos para descansar.

A la mañana siguiente luego del desayuno, limpiamos la casa, acomodamos las mesas y sillas para tener suficiente espacio para todos, ya a la tarde nos comenzamos a preparar, yo ayude a Rena con su cabello, maquillaje sutil para ambas y nos vestimos con leggins y suéteres navideños, eran calentitos, acomodamos los regalos bajo el árbol y luego a cenar, comimos bastante, hubo carne glaseada, papas, ensaladas, era un festin enorme y además había postre, habíamos quedado tan llenos que apenas podíamos hablar, pero decidimos jugar a las y a los dados para pasar el rato hasta la media noche, brindamos por una Feliz Navidad y esperabamos que en una semana fuera un prospero Año Nuevo.