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Jake había despertado feliz, con ganas de utilizar sus deseos y pasar con Heeseung el fin de semana. Por lo que decidió molestarlo, así que entró sigiloso a su habitación destinado a despertarlo y utilizar uno de los 20 deseos que le quedaban.

—¡Hyung!— Se subió a la cama y se posó arriba del cuerpo del mayor, el cual estaba con su rostro dormido. Empezó a saltar delicadamente y acercó su rostro al del contrario para volver a hablarle. —Despierta~— Siguió dando leves saltos, pero se detuvo al darse cuenta que quizás dicha acción podía ocasionar algo en el mayor.

—Jakey...— Pasó sus manos por su rostro y abrió lentamente sus ojos, observando la figura del menor sobre él. —¿Qué haces?

Jake rápidamente se bajó y se paró a un lado de la cama, esperando a que el otro también se levantara.

—Deseo que me hagas el desayuno.— Rió bajito y Heeseung también, ya que había sonado muy tierno. —Tengo las cosas necesarias.

—Está bien.— Se sentó en el borde de la cama y se estiró. —¿Cuántos deseos te quedan?

—19.— Contestó rápido y salió de la habitación, dirigiéndose a la cocina.

Dejó que Heeseung se aseara y luego de unos minutos, apareció en la cocina con su rojo cabello un poco despeinado. ¿Cómo se podía ver bien incluso después de despertar?

—¿Qué vas a querer, Jakey?

—Mmm... Bibimguksu— Respondió con una sonrisa, haciendo que el mayor soltara una queja. —Te ayudaré, Hyung.

—Pensé que ibas a pedir algo más simple, pero ahora que lo mencionas hasta a mí me dieron ganas de comerlo. —Dijo y empezó a sacar los ingredientes del refrigerador y algunos del estante.

—No nos vamos a demorar tanto si te ayudo. —Se posicionó a su lado.

Charlaron bastante mientras cocinaban, tratando de hacer todo al pie de la letra para que les quedara un delicioso Bibimguksu.

Al cabo de unos 20 minutos, se sirvieron y se deleitaron con su propia creación.

—Bua, está muy rico.— Dijo Heeseung llevándose una cucharada grande de los fideos a su boca.

—Lo está.— Respondió Jake y después de mantener el silencio por unos cuantos minutos, volvió a hablar. —¿Qué haremos hoy?

—Lo que tú desees.

Esa palabra ya le daba escalofríos.

Si fuera por él, desearía tantas cosas y una de ellas sería quedarse en casa mientras el mayor lo satisfacía de todas las formas posibles.

Cálmate, Jake.

—Podríamos ir a dar un paseo por el Río Han.— Sugirió Jake.

—Está bien.

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Caminaban a paso lento por los alrededores de aquel gran río en aquel soleado día. Heeseung le había comprado un helado triple a Jake, el cual ahora estaba feliz deleitándose de sus tres sabores favoritos. Tomó aquello como un deseo, así que le quedan exactamente 18.

—Ah, ya estoy cansado.— Se quejó Jake suspirando y sentándose abajo de un árbol. —¿Hacemos una parada?

—Bueno.— Le contestó y se sentó a su lado. —Hoy sí que no me puedo quedar en tu casa, Jakey. Debo revisar unos papeles en la noche y firmar, me tomará bastante tiempo.

22 wishes ➳ heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora